Primera modificación:
Clientes compran en una tienda de comestibles el 10 de febrero de 2022 en Miami, Florida. © JOE RAEDLE / AFP
El dato representa la mayor subida interanual desde febrero de 1982 y pone presión sobre la Reserva Federal para lo que será su decisión del aumento de los tipos de interés en marzo.
Una espiral en ascenso. La tasa de inflación interanual tocó máximos de cuatro décadas en enero y se ubicó en el 7,5 %, cinco décimas por encima de la cifra registrada en diciembre, y en un momento tenso para la economía estadounidense cuando se avecina una inevitable subida de los tipos de interés.
El dato es, para tragedia de los consumidores, la mayor subida interanual desde febrero de 1982, según divulgó la Oficina de Estadísticas Laborales, y está por encima de las predicciones de la mayoría de analistas que proyectaban un aumento generalizado de los precios del 7,3 %.
Incluso, el otro dato del que se debe prestar atención, la conocida inflación subyacente que excluye los precios de los alimentos y la energía, aumentó un 6% en el último año, su mayor subida en cuatro décadas.
Los precios de la energía, que incluyen la gasolina, el crudo, la electricidad y el gas natural, aumentaron un 0,9 %, respecto al mes anterior. Subieron incluso lo mismo que aumentaron los precios de los alimentos, según el informe del Gobierno.
Los precios de los alimentos subieron un 0,9% en enero de 2022 intermensual, ósea, comparado con el registro de diciembre, pero es un aumento del 7% con respecto a 12 meses atrás. Mientras que los vehículos usados subieron un 1,5% respecto al mes pasado. Ahora, comprar un vehículo usado cuesta 40% más que hace un año, aunque los precios de los vehículos nuevos se mantuvieron estables.
Los servicios médicos, controlados por un mercado esencialmente privado, aumentaron 0,6 %, algo que el presidente Joe Biden prometió arreglar próximamente, aunque no detalló cómo. Lo cierto es que el aumento de los precios compromete su agenda de gasto y la recuperación económica.
“Lo de hoy es un recordatorio de que la presión sobre el presupuesto de los hogares estadounidenses está creando dificultades reales para poner comida en la mesa, pero también hay señales de que lograremos superar este reto”, prometió el mandatario.
Pero sus detractores no pasan por alto el dato: el líder de la minoría republicana del Senado, Mitch McConnell, culpó a las políticas “liberales” de los demócratas y atribuyó la subida de precios con el plan de estímulo de Biden aprobado por el Congreso, que representa una inyección a la economía de 1,9 billones de dólares para contener los efectos de la pandemia.
Para Mark Cohen, director de estudios sobre el comercio minorista y profesor de la Columbia Business School de Nueva York, la inflación es normal, pero “nos han echado a perder”. “Hemos sido terriblemente mimados desde principios de los 80 con una inflación muy baja. De hecho, en muchas categorías del espacio de consumo, nos hemos beneficiado de la deflación: precios más bajos, bienes de mayor calidad, precios más bajos, bienes que vienen como resultado de la globalización del mundo con respecto a los bienes y servicios”, agregó Cohen.
Cohen afirma que la subida de los tipos de interés data desde la administración de Donald Trump, cuando inició su guerra de aranceles. “Las semillas de la inflación se sembraron cuando Trump empezó a iniciar guerras de precios y a imponer aranceles en todo el mundo. No sé en qué estaba pensando, si es que estaba pensando. Pero, de hecho, los consumidores cargan con el resultado de la imposición de aranceles en forma de precios más altos.”, comentó.
La inflación constituye el mayor dolor de cabeza de la Reserva Federal estadounidense, aunque su presidente, Jerome Powell, anunció que es muy probable que la subida de los tipos de interés sea anunciada en su próxima reunión en marzo.