“Todos los gobiernos de turno prometen que impulsarán proyectos de infraestructura de riego como motor de la economía y prometen que destrabarán los que están paralizados”.
Presidente del Directorio de Agrícola Chapi
La paralización de diversos proyectos de infraestructura hídrica está limitando seriamente el futuro crecimiento de la agroindustria en el Perú. Esta triste realidad amenaza también al tan anhelado y cada vez más lejano proceso de descentralización, ya que los principales proyectos estancados se encuentran en regiones estratégicas para el país como son Arequipa, Ica, Huancavelica y La Libertad.
Un claro ejemplo de ello es la paralización del proyecto del Sistema de Afianzamiento Hídrico en el Valle de Ica, conocido como “Agua Grande”. Una iniciativa privada cofinanciada cuyos estudios iniciales fueron trabajados desde el 2015 por el consorcio conformado por Cobra y Acciona Concesiones. Lamentablemente luego de varios intentos de sacarlo adelante el consorcio finalmente desistió de continuar participando en el 2019, por los continuos conflictos con Proinversión y con las actuales autoridades regionales.
El proyecto impacta directamente en las regiones de Ica y Huancavelica, gracias al afianzamiento hídrico de los valles de Ica y Pisco, la recarga de los acuíferos de Villacurí y Lanchas y el mejoramiento del riego en áreas irrigables próximas de las provincias de Huaytará y Castrovirreyna en Huancavelica. Hoy, siete años después, aunque fue declarado de prioridad y relevancia, increíblemente sigue sin iniciarse.
Otro proyecto que está en riesgo es Majes-Siguas II. La empresa concesionaria Angostura-Siguas, parte del Grupo Cobra, anunció que inició el proceso de resolución del contrato del proyecto. El principal motivo de la decisión fue la negación del gobierno regional a la firma de la adenda convenida.
Si el contrato finalmente se resuelve, implicaría un gran impacto negativo para la región sur. El proyecto, una vez culminado, permitiría la irrigación de 38,500 hectáreas dedicadas a la agroexportación, generando para Arequipa exportaciones por más de US$ 1,000 millones anuales. A su vez representaría el 13.9% del PBI de la región y el 0.7% del PBI nacional.
Un megaproyecto que sigue paralizado desde hace cinco años es la tercera etapa de Chavimochic, ya que aún queda sin concretarse la construcción de la presa Palo Redondo que está a más del 70% de su ejecución. Este proyecto generaría el riego de 30 mil nuevas hectáreas que están listas para ser sembradas.
El propio gobernador de La Libertad ha mencionado estar dispuesto a firmar el destrabe si es que el Ministerio de Agricultura le devuelve las facultades.
La gran pregunta es ¿por qué el gobierno central y algunos gobiernos regionales se empeñan en frenar el desarrollo de la agroindustria?, si esta actividad es la que hoy lidera la reactivación económica y la generación de nuevos puestos de trabajo formales.
Todos los gobiernos de turno prometen que impulsarán proyectos de infraestructura de riego como motor de la economía y que destrabarán los que estén paralizados. Lamentablemente los años pasan y estas promesas solo quedan en palabras.
¿Vamos a seguir permitiendo que proyectos tan trascendentales para el país sigan paralizados? ¡Hasta cuándo!
La falta de compromiso de nuestras actuales autoridades está causando un grave perjuicio para nuestro país, frenando el crecimiento y el desarrollo del sector. Exijámosles el destrabe inmediato y la puesta en marcha de estos tres proyectos.
¡No perdamos más tiempo!