Representantes del Grupo CAP y la Compañía Siderúrgica Huachipato (CSH) se reunieron con ejecutivos de la empresa alemana SMS, con el objetivo de seguir avanzando en un plan para la implementación de una iniciativa piloto para la producción de acero verde en Chile.
Todo a pocas horas para que el próximo domingo 15 de septiembre se apague el alto horno de Huachipato en Talcahuano, poniendo fin a décadas de historia siderúrgica en el Biobío, luego que la compañía asegurara que no pudo bajar a precios las sobretasas temporales puestas al acero chino.
En la instancia participó también el ministro de Economía, Nicolás Grau y el gerente de Asuntos Estratégicos de Corfo, Claudio Maggi.
En junio pasado, las partes firmaron en Berlín un Memorándum de Entendimiento para acelerar la producción de acero verde en Chile. Es decir, aquél acero que durante su producción no se emite CO2.
Mediante el mismo, CAP a través de Huachipato se comprometió a disponer de proyectos, recursos e infraestructuras que contribuyan a descarbonizar los procesos de producción, mientras que SMS ofreció asesoría técnica para desarrollar una tecnología sostenible para fabricar acero, entre otros aspectos acordados.
El gerente general de CAP, Nicolás Burr, señaló luego del encuentro que “este proyecto es un paso concreto en nuestra Estrategia 2030, que tiene como ambición liderar la producción de materiales para la descarbonización. Asimismo, permite al país avanzar en una producción industrial más sostenible e incorporar tendencias innovadoras a nivel mundial”.
Por su parte, el vicepresidente de Estrategia y Desarrollo de Negocios de SMS, Jan Krull, comentó que mediante estas tecnologías para la descarbonización, “Chile está demostrando su compromiso con los objetivos climáticos globales, reforzando su base industrial y generando valor agregado en el largo plazo”.
La noticia de que Huachipato sufriría una suspensión indefinida de sus operaciones, fue un balde de agua fría tanto para los trabajadores de la Siderúrgica como a la región del Bío Bío en general, dado que 20 mil empleos dependen, directa o indirectamente, de la empresa.
Según la empresa, el stock de acero importado a bajo valor, entre otros aspectos, dificultó que las sobretasas impuestas al acero chino pudieran ser bajadas a precio, dando viabilidad a las operaciones.
Las reacciones no se hicieron esperar, y desde el mundo político se levantaron críticas hacia la compañía.
Incluso, el ministro de Economía, Nicolás Grau, afirmó que “el país hizo un esfuerzo importante, los sindicatos hicieron un esfuerzo importante, todo el mundo penquista hizo un esfuerzo muy importante para generar las condiciones que permitieran que estas empresas se pudieran desarrollar de buena manera y son las empresas las que le han fallado al país”.
Ya teniendo como inminente el cierre de la empresa, el Sindicato N°1 y CSH llegaron a un acuerdo el 4 de septiembre, donde se incluyen indemnizaciones especiales, paralelas a las legales, las que van de $3 millones para aquellos recién integrados a la empresa, hasta $13 millones para quienes trabajaron seis años o más.
Además, está la situación de los contratistas de Huachipato, quienes también se han movilizado para que CAP “nos de las mismas garantías que se les entregó a sus trabajadores. Que no sean vulnerado nuestros derechos. En el fondo, nosotros también somos de acá”.
Finalmente, la Comisión Antidistorsiones dio término anticipado a la investigación solicitada por la usina por dumping en las importaciones de acero chino.
Y en el caso de la instancia solicitada por Molycop, el organismo concluyó en unanimidad que “los antecedentes no permiten determinar en esta instancia (…) que exista daño o amenaza de daño a la rama de producción nacional causado por las importaciones del producto investigado”.
Es decir, se descarta la existencia de dumping por parte de los envíos de acero chino, específicamente las bolas de acero para molienda en la minería.