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Economía

La crisis de natalidad golpea duramente a China

Mientras los nacimientos cayeron por séptimo año consecutivo en el Gigante Asiático, Francia, un país que históricamente ha mantenido buenas cifras, también sufrió un retroceso en 2023.

Pese a que, desde hace años, China intenta revertir la tendencia, la caída de los nacimientos en el país ya representa un problema de gravedad para el Gigante Asiático.
China, que durante décadas aplicó la política de “hijo único” (1980-2015), hace tiempo que ha incentivado a sus mujeres a tener más hijos a través de “premios” como viviendas más baratas, beneficios fiscales y dinero en efectivo.

Sin embargo, las medidas no solo no han logrado revertir la tendencia, sino que incluso la caída en el número de nacimientos se sigue profundizando: en 2023, los nuevos nacimientos cayeron 5,7%, hasta los 9,02 millones, y la tasa de natalidad alcanzó un mínimo histórico de 6,39 nacimientos por cada 1.000 personas, frente al 6,77 de 2022. Así, la cifra se redujo por séptimo año consecutivo. 

Como era de esperar, esto también está generando una importante reducción de la población y, según la Oficina Nacional de Estadísticas, el número total de personas en China se redujo en 2,08 millones (0,15%), a 1.409 millones. 

La cifra de 2023 superó ampliamente la disminución de la población de 850.000 habitantes que se registró en 2022, la cual había representado la marca más alta desde 1961.

Para cambiar la tendencia, en 2015 Pekín anunció que todas las parejas casadas podrían tener dos hijos, cifra que en 2021 subió hasta tres. De todas formas, el problema es que el Estado no estaría abordando los problemas de fondo.

Por un lado, una de las consecuencias de la política de “hijo único” fue que muchas mujeres abandonaron el sueño de convertirse en madres, por lo que apostaron por la educación y oportunidades de empleo.

Por ello, ahora que las mujeres han adquirido mayores derechos, muchas ven los esfuerzos del gobierno como una presión para que abandonen su independencia.

A esto se suma que las tasas de casamientos han estado cayendo durante los últimos nueve años: las mujeres están menos predispuestas a hacerlo tanto por los altos niveles de violencia doméstica como por las dificultades a las que se enfrentan a la hora de intentar divorciarse.

Esto deja en claro que el problema no se resolverá con simples incentivos económicos, algo que debe preocupar a la cúpula del Partido Comunista, ya que actualmente China tiene más personas mayores que cualquier otro lugar del mundo.

Así, a medida que pasa el tiempo, China cada vez tiene menos personas en edad de trabajar que no solo deben remplazar a las que se jubilan para impulsar la economía, sino que además deben encargarse de “mantener” las pensiones de estos últimos. 

En 2023, la población de China de 60 años o más alcanzó los 296,97 millones, aproximadamente el 21,1% de su población total, y se espera que supere los 400 millones para 2035, más que toda la población de Estados Unidos.

En este sentido, la Academia de Ciencias de China, administrada por el Estado, prevé que el sistema de pensiones se quedará sin dinero para ese año.

Quizás la única buena noticia para China es que siempre hay alguien que está peor: recientemente se reveló que, en Corea del Sur, el país con la tasa de natalidad más baja del mundo, la situación empeorará.

Se calcula que la tasa total de fecundidad de Corea del Sur va a descender de 0,78 en 2022 a 0,65 en 2025, e incluso podría bajar hasta 0,59 en 2026, extremadamente por debajo de los 2,1 nacimientos por mujer necesarios para mantener una población estable en ausencia de inmigración.

Europa no es la excepción 

En Europa, las cosas tampoco están demasiado bien, aunque, a diferencia de China, el Viejo Continente tiene la ventaja de que la mayoría de sus países ya han alcanzado el pleno desarrollo.

Esta semana se reveló que, en Francia, un país que históricamente había mantenido buenas tasas de natalidad, se registraron 678.000 nacimientos el año pasado, lo que representa una disminución del 7% desde 2022 y un 20% menos desde su máximo en 2020.

Según el INSEE, el número promedio de hijos por madre cayó el año pasado a un mínimo de tres décadas, desde 1,79 en 2022 hasta 1,68. Esto representó el menor número de nacimientos en el país galo desde la Segunda Guerra Mundial

Por ello, en lo que es un claro llamado de atención, el presidente francés, Emmanuel Macron, prometió reformar el permiso parental para que pague mejor.

“Francia solo será más fuerte si reactiva la tasa de natalidad. Un nuevo permiso parental mejor remunerado permitirá a ambos padres estar con sus hijos durante seis meses si así lo desean”, explicó Macron.

Hoy en día, los padres franceses pueden tomar una licencia parental adicional durante un año, con la posibilidad de renovarla dos veces, aunque solo paga un poco más de 400 euros al mes.

Por otra parte, aunque aún faltan las cifras oficiales de todo el 2023, se espera que en Italia los nacimientos se hayan acercado a un nuevo mínimo histórico.

Según datos de la oficina nacional de estadística ISTAT, entre enero y junio de ese año, hubo 3.500 nacimientos menos que en el mismo período de 2022.

En el conjunto de 2022, los nacimientos cayeron 1,7%, hasta 393.000, la decimocuarta caída consecutiva y la cifra más baja desde la unificación del país en 1861. Para el ISTAT, es probable que la tasa de fertilidad en 2023 baje a 1,22 hijos por mujer desde 1,24 en 2022.

El Economista

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