La zona euro volvió a crecer en el segundo trimestre, con una expansión mayor de la esperada tras evitar por poco una recesión técnica en torno a finales del año pasado y principios del actual, mostraron el lunes datos preliminares.
El producto interior bruto (PIB) de la zona euro creció un 0,3% en el segundo trimestre, por encima de las previsiones del 0,2% de un sondeo de Reuters entre economistas. En comparación con el año anterior, el crecimiento fue del 0,6%, frente a las expectativas del 0,5%.
Esta cifra contrasta con el crecimiento nulo del trimestre anterior en la zona euro, formada por 20 países, y el descenso intertrimestral del 0,1% registrado en el cuarto trimestre de 2022.
Entre los países más grandes del bloque, Francia y España crecieron a un ritmo sostenido gracias al fortalecimiento de las exportaciones y el turismo, mientras que Alemania, el mayor país de la eurozona, no registró crecimiento e Italia sufrió una contracción.
El repunte de la inflación debido a los elevados costes de la energía tras la invasión rusa de Ucrania y la subida de los precios de los alimentos, la subida de los tipos de interés y el debilitamiento de la confianza han hecho mella en la economía de la moneda única.
Pero la economía también ha mostrado cierta resistencia, al igual que durante la pandemia del COVID-19, cuando el crecimiento superó las expectativas al adaptarse las empresas a las nuevas circunstancias más rápidamente de lo que habían previsto los dirigentes monetarios.
Pero incluso si el bloque va mejor de lo esperado, es probable que el crecimiento en 2023 sea débil debido a una gran caída de los ingresos reales y al aumento de los tipos de interés.
El Banco Central Europeo planteó la posibilidad de pausar sus subidas de tipos de interés en septiembre, ya que las presiones inflacionistas muestran tímidas señales de relajación y aumentan los temores de recesión.