JPMorgan (que logra beneficios récord), Bank of America, Citi y Wells Fargo han tenido que asumir 8.600 millones de aportación extra al fondo de garantía de depósitos
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió durante el conato de crisis financiera de marzo de 2023 que esta vez la factura no correría a cargo del contribuyente. La Coropración Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) fue asumiendo los rescates e intervenciones que fueron necesarios, pero ya entonces advirtió que repercutiría la factura sobre las entidades. Se trata de una factura millonaria, como demuestran las cuentas de los grandes bancos presentadas este viernes. JP Morgan tiene que asumir 2.900 millones de dólares; Wells Fargo, 2.100 millones; Bank of America, 1.900 millones, y Citi, 1.700 millones. En total, 8.600 millones de dólares (unos 7.850 millones de euros) entre las cuatro principales entidades estadounidenses.
JPMorgan Chase, el mayor banco privado del mundo por valor en Bolsa, ha salido reforzado de ese año de turbulencias financieras. La entidad que dirige Jamie Dimon aprovechó para ganar cuota de mercado y para comprar First Republic, uno de los bancos en crisis. Al final, la entidad cierra el año con beneficios récord, según los resultados que ha presentado este viernes, a pesar de que el resultado del cuarto trimestre ha caído un 15%, hasta 9.307 millones de dólares, precisamente por la aportación al fondo de garantía de depósitos.
En el conjunto del año, el beneficio sube un impresionante 31,5%, hasta 49.552 millones de dólares. Eso se debe a un fortísimo tirón del 23% en los ingresos, hasta 158.104 millones de dólares, derivado sobre todo de la subida de los tipos de interés, pero también del aumento de cuota de mercado, tanto orgánica como por la compra de First Republic.
Los bancos han estado prestando dinero a tipos más altos sin repercutir en igual medida el alza del precio del dinero a los depósitos, lo que ha aumentado sus márgenes. La fuerza de los ingresos le ha permitido a JPMorgan absorber un aumento del 46% en las provisiones, hasta los 9.320 millones de dólares.
El año 2023 estuvo muy marcado por la caída de Silicon Valley Bank, a la que siguió la crisis de Signature Bank y de First Republic Bank. Otros bancos estuvieron peleando por subsistir cuando el mercado los señaló por sus inversiones en títulos de renta fija que habían perdido valor con la subida de los tipos de interés.
Fiel a su tradición histórica, JPMorgan hizo de ancla del sistema. Orquestó una primera inyección de rescate y acabó comprando First Republic Bank en condiciones muy ventajosas. Las crisis bancarias suelen acabar provocando más concentración en el sector, tanto por los movimientos de los clientes como por las operaciones corporativas de rescate. JP MOrgan ha aumentado su ventaja como líder por tamaño y beneficios.
Las cuentas de Bank of America se han torcido en el cierre de año. La entidad que dirige Brian Moynihan ganó 24.866 millones de dólares millones en 2023, según las cuentas que ha publicado este viernes, frente a los 26.015 millones del ejercicio anterior. Ese descenso del 4,4% se debe a que el resultado consolidado neto atribuible ha caído a menos de la mitad en el último trimestre del año (de 7.270 a 2.838 millones de dólares). Bank of America ha tenido que asumir 2.100 millones de factura del fondo de garantía de depósitos para financiar el rescate de las entidades que fueron intervenidas el año pasado. A eso se ha unido un descenso de los ingresos como creador de mercado y un aumento de las provisiones por morosidad, según ha explicado la entidad.
“Hemos obtenido unos sólidos resultados en el cuarto trimestre y en el conjunto del año, ya que todos nuestros negocios han logrado un fuerte crecimiento orgánico, con una actividad de clientes y una participación digital récord”, ha señalado el consejero delegado, Brian Moynihan, en un comunicado. Esta actividad se tradujo en una buena demanda de préstamos y un crecimiento de los depósitos en el trimestre, así como en un beneficio neto de 26.500 millones de dólares en todo el año [antes de descontar la retribución a preferentes y otras partidas para llegar al resultado neto consolidado atribuible antes citado]. Nuestra disciplina de gastos nos permitió seguir invirtiendo en iniciativas de crecimiento. Los sólidos niveles de capital y liquidez nos posicionan bien para seguir ofreciendo un crecimiento responsable en 2024”, ha añadido.
Wells Fargo, por su parte, aumentó su beneficio un 40%, hasta 19.142 millones de dólares, gracias a un fuerte tirón de los ingresos por intereses, que pasan de 44.950 a 52.375 millones de dólares. Eso impulsa el conjunto de los ingresos un 11%, hasta 82.597 millones de dólares, según las cuentas que ha publicado este viernes.
En su caso, el banco ha sido capaz de absorber una factura de 1.900 millones de dólares de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) para financiar el rescate bancario. En el cuarto trimestre, el beneficio de Wells Fargo ha crecido un 9%, hasta 3.446 millones de dólares.
“Aunque la mejora de nuestros resultados en 2023 se benefició del económico y la subida de los tipos de interés, nuestra continua atención a la eficiencia y la fuerte disciplina crediticia también contribuyeron de forma importante”, comentó en un comunicado Charlie Scharf, consejero delegado de Wells Fargo. “De cara al futuro, los resultados de nuestro negocio siguen siendo sensibles a los tipos de interés y a la salud de la economía estadounidense, pero confiamos en que las medidas que estamos adoptando impulsarán unos rendimientos más sólidos a lo largo del ciclo. Seguimos de cerca la evolución del crédito y, aunque observamos un ligero deterioro, sigue siendo coherente con nuestras expectativas. Nuestra posición de capital sigue siendo sólida y la devolución del exceso de capital a los accionistas sigue siendo una prioridad”, prosiguió Scharf.
Citi, que ha aprovechado el cierre de ejercicio para sanear su balance por su exposición a Argentina y Rusia, entre otros factores, ha declarado pérdidas de 1.839 millones en el cuarto trimestre (frente al beneficio de 2.513 millones de dólares del mismo periodo de 2022). Su consejera delegada, Jane Fraser, ha calificado el trimestre de “muy decepcionante”. En el conjunto del año, el beneficio del banco ha caído un 38%, hasta 9.228 millones de dólares. El aumento de los ingresos ha sido del 4%, hasta 78.462 millones de dólares, insuficiente para contrarrestar el incremento de costes.
El banco ha anunciado un recorte de plantilla de 20.000 personas a medio plazo, en torno al 10% de su personal, en una presentación a analistas. La consejera delegada del grupo, Jane Fraser, está inmersa en un proceso de reorganización del grupo en diferentes unidades de negocio que supondrá el ajuste más duro en décadas para el gigante de Wall Street, con un recorte de cerca del 10% de la plantilla.
En última instancia, el personal del grupo se reducirá en 60.000 puestos de trabajo hasta alcanzar los 180.000 a finales de 2026, según su director financiero, Mark Mason. Esto incluye los 20.000 despidos, así como los 40.000 empleados que se desconsolidarán al sacar a Bolsa y segregar su filial mexicana, Banamex.