A una semana de la reunión de marzo de la Reserva Federal estadounidense (Fed), en la que el organismo va a actualizar su cuadro de previsiones macroeconómicas y su guía de tipos de interés para el futuro (el gráfico de proyecciones conocido como dot plot, o gráfico de puntos), la publicación del dato de inflación de febrero en Estados Unidos ha dado una sorpresa desagradable a la Fed, y amenaza con retrasar el comienzo del recorte de tipos en Estados Unidos que se espera para junio. La lectura del dato de IPC el lunes y de los precios de producción el jueves, junto al dato de solicitudes de subsidio por desempleo, están pintando una fotografía complicada de cara a alcanzar el objetivo de inflación de la Fed. Ahora los inversores esperan 3 recortes de tipos de 25 puntos básicos en 2024, frente a las 4 bajadas que esperaban el lunes. Es más: para los mercados ya es más probable que haya 2 recortes este año que 4.
El avance de la inflación en febrero que se publicó el lunes confirmó los malos augurios: el IPC creció un 3,2% interanual en febrero, por encima de las expectativas que apuntaban al 2,9%. Este dato ya hizo mella en el ánimo de los inversores, impulsando la rentabilidad del bono americano (y presionando su precio a la baja) y borrando por completo un recorte de tipos en las expectativas que manejan los inversores. De este modo, el calendario previsto por el mercado volvía a encajar con el que mantiene la propia Fed.
Este jueves, el dato de precios de producción en el gigante norteamericano ha echado más leña al fuego, al crecer un 2,8% interanual, frente a las estimaciones que apuntaban al 2,6%. A este dato se sumaba el de peticiones iniciales de desempleo, que quedó por debajo de las previsiones (209.000 nuevas peticiones durante la primera semana de marzo, frente a las expectativas que apuntaban a 220.000), un indicador que no es positivo de cara a conseguir que la inflación modere su crecimiento hasta el entorno del 2% que mantiene la Fed como objetivo.
Después de conocerse estos dos últimos datos, el mercado reaccionó con más ventas de deuda, llevando al bono estadounidense hasta el 4,28%; apenas 3 puntos básicos por debajo de los máximos del año, que se mantienen en el 4,31%. Al mismo tiempo, los inversores están ya descontando 3 recortes de tipos este año, pero con más probabilidad de que sean dos, que cuatro, lo cual sí es una novedad.
Con todos estos datos, que complican la consecución del objetivo de inflación de la Fed, Los analistas ya están empezando a valorar la posibilidad de que se produzcan cambios en la actualización del gráfico de puntos de la Fed la próxima semana. “Si se materializan nuestras previsiones, la inflación subyacente en EEUU va a ser elevada en relación a la segunda mitad de 2023”, explican los analistas de Nomura, quienes señalan también cómo “esto puede llevar a que muchos miembros de la Fed revisen sus previsiones de inflación para 2024 en la reunión de marzo, y si eso ocurre, algunos miembros pueden recortar el número de bajadas de tipos esperada para 2024”, confirman desde el banco japonés.
Michael Shaoul, de Marketfield AM, mantiene una opinion similar. “Los datos de precios de febrero sugieren que ha terminado el periodo transitorio de caídas de la inflación, y que los precios ahora son un factor neutral de cara a ayudar a la Fed a conseguir su objetivo”, explica, y añade cómo está volviendo a aumentar “la amenaza de que la inflación sea un viento en contra en 2024, si el rally de precios de las materias primas continúa”, señala.
En el mismo sentido, Peter Boockvar, director de inversiones en Bleakley Financial Group, opina en declaraciones recogidas por Bloomberg, que “el aterrizaje suave hacia el 2% de inflación sigue estando lleno de obstáculos y, si bien confío en que continúe la desaceleración en los precios de los servicios, es posible que veamos un suelo en los precios de los bienes, especialmente por la influencia del encarecimiento de las materias primas”, recuerda.