La alta inflación perseguirá a la economía mundial el próximo año y tres cuartas partes de más de 200 economistas encuestados por Reuters afirman que el principal riesgo es que sea mayor de lo previsto, lo que sugiere que las tasas de interés se mantendrán altas durante más tiempo.
El mercado todavía espera que varios bancos centrales comiencen a recortar las tasas de interés a mediados de 2024, pero un número cada vez mayor de economistas encuestados están ajustando sus puntos de vista, empujando la fecha más probable a la segunda mitad del próximo año.
Se trata de un cambio significativo con respecto a las expectativas de principios de año. Entonces, algunos bancos de inversión predecían que la Reserva Federal de Estados Unidos, que marca la pauta para muchos otros, recortaría las tasas justo ahora.
A pesar del éxito generalizado en la reducción de la inflación desde sus máximos -lo más fácil-, los precios siguen subiendo más deprisa de lo que preferirían la mayoría de los bancos centrales y es probable que les resulte difícil alcanzar sus objetivos de inflación.
La última encuesta de Reuters a más de 500 economistas, realizada entre el 6 y el 25 de octubre, arrojó rebajas del crecimiento para 2024 y subidas de la inflación para la mayoría de las 48 economías del mundo encuestadas.
Un 75% de quienes respondieron a una pregunta aparte, 171 de 228, dijeron que el riesgo para estas previsiones de inflación ajustadas era mayor, y sólo 57 dijeron que era menor.
Los resultados siguen a la noticia del jueves de que la economía estadounidense creció inesperadamente casi un 5% anualizado en el tercer trimestre, lo que subraya que la fortaleza de la mayor economía del mundo la está diferenciando de la mayoría de sus homólogas.
Los resultados de la encuesta también siguen a una advertencia de la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, quien declaró después de que el BCE interrumpió una racha de 10 reuniones de endurecimiento que “incluso hablar de un recorte es totalmente, totalmente prematuro”.
Aunque muchos bancos centrales, entre ellos la Reserva Federal y el BCE, han defendido durante la mayor parte de este año una política de tasas “más altas durante más tiempo”, muchos economistas y operadores de los mercados financieros se han mostrado reacios a aceptar esta postura.
“Creo que todos debemos mantener la mente abierta a la posibilidad de que la política monetaria no sea lo bastante restrictiva”, dijo Douglas Porter, economista jefe de BMO.
“Nuestra previsión es que la Fed ha hecho lo suficiente y no tiene que subir más las tasas, pero no he cerrado la posibilidad de que nos equivoquemos y la Fed sí tenga que hacer más en última instancia”.
Aunque la mayoría de los economistas siguen opinando que la Reserva Federal recortará las tasas a mediados de año, la última encuesta muestra que sólo el 55% respalda esa hipótesis, frente a más del 70% el mes pasado.
También se prevé que el Banco de la Reserva de Nueva Zelanda, que suele liderar el ciclo de tasas de interés, espere hasta julio-septiembre de 2024 antes de recortarlas.
La mayoría que apoya que no haya recortes hasta la segunda mitad de 2024 también se ha reforzado en el caso del Banco de la Reserva de Australia, el Banco de Indonesia y el Banco de la Reserva de la India.
Incluso se espera que el Banco de Japón, la excepción que ha mantenido una política ultra expansiva durante esta ronda de inflación, abandone las tasas de interés negativas el año que viene.
Y lo que es más importante, la mayoría de los economistas coinciden en que las primeras medidas de relajación no serán el comienzo de una rápida serie de recortes.
A la pregunta de qué provocaría el primer recorte por parte del banco central que cubren, más de dos tercios, 149 de 219, dijeron que sería simplemente hacer que las tasas de interés reales fueran menos restrictivas a medida que la inflación cayera.
Los 70 restantes dijeron que la primera medida marcaría un cambio hacia estimular la economía, lo que sugiere que sólo una minoría espera un golpe lo suficientemente duro para la demanda y la inflación como para justificar una respuesta monetaria.
Según las previsiones, el crecimiento económico mundial se ralentizará hasta el 2,6% el año próximo, frente al 2,9% previsto para este año.
“Los bancos centrales han tenido las tasas más altas para luchar contra la inflación (…) sin duda está frenando la actividad, y va a pasar un tiempo antes de que consigamos un crecimiento mundial por encima de lo que ha sido su promedio histórico”, dijo Nathan Sheets, economista jefe mundial de Citi.