La ministra británica de Economía, Rachel Reeves, afirma que cortar lazos con China sería una “gran insensatez” para el Reino Unido, por lo que es partidaria de profundizar la relación comercial con el gigante asiático en lugar de imponer nuevas barreras.
“China es la segunda economía más grande del mundo y sería, creo, una gran insensatez no colaborar, ese es el enfoque de este Gobierno”, dice la titular laborista en una entrevista publicada anoche en el diario británico ‘The Telegraph’.
Los comentarios de Reeves llegan tras la toma de control de la siderúrgica British Steel por parte del Ejecutivo laborista de manos de su propietario chino y antes de la visita de la ministra a Washington D.C. esta próxima semana, donde prevé negociar un acuerdo comercial entre el Reino Unido y Estados Unidos (EE.UU.).
El diario estadounidense ‘The Wall Street Journal’ informó esta semana de que el presidente de EEUU, Donald Trump, estaría intentando usar sus amenazas arancelarias para presionar a los socios comerciales y limitar así sus relaciones con China, pero Reeves es partidaria de estrechar lazos con ambas potencias.
La responsable de Economía recuerda su viaje a Pekín a principios de este año, junto a algunas entidades bancarias del Reino Unido, que permitió obtener más licencias, más cuotas para las empresas británicas y un acuerdo por valor de unos 600 millones de libras (casi 796 millones de dólares, unos 700 millones de euros) para el país.
“Este tipo de acuerdos son claramente de interés nacional para el Reino Unido y así es como abordaré las negociaciones comerciales o los diálogos financieros con cualquier país del mundo”, explica.
Reeves, que ofreció la entrevista a ‘The Telegraph’ desde la planta siderúrgica de British Steel en Scunthorpe (noreste de Inglaterra) sí deja claro que la inversión china quedaría excluida de “áreas sensibles de infraestructura nacional crítica”, después de que la compañía china Jingye hubiera permitido el cierre de los dos últimos altos hornos operativos del país.
La decisión del Ejecutivo británico de tomar el control de British Steel para salvar la industria del acero británica se convirtió en una disputa diplomática esta semana, después de que la embajada china en Londres criticase a los parlamentarios por su “arrogancia, ignorancia y mentalidad retorcida”; y advirtiese de que pondría en riesgo futuras inversiones.
La ministra también respalda la posible salida a bolsa de la empresa china de moda en línea Shein como cotizada en Londres, envuelta en polémica por las acusaciones sobre su cadena de suministro y el uso de trabajo forzoso en la producción, que la compañía niega.
Reeves también dice no estar preocupada por viajar en vehículos eléctricos (VE) fabricados en China, después de que el Ministerio británico de Defensa haya prohibido su estacionamiento cerca de bases militares por temores a que puedan utilizarse como instrumentos de espionaje por parte de Pekín. EFECOM