En las últimas semanas, los visitantes de las playas en Perú se encuentran una escena trágica. Miles de aves, en su mayoría pelícanos, han muerto por un brote de influenza aviar. Hasta ahora se estima que casi 13.000 ejemplares han fallecido.
El Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA) decretó una alerta sanitaria en todo el país el pasado 30 de noviembre, por el riesgo inminente de que la enfermedad salte a las aves de corral y animales de consumo comercial. La autoridad también decretó el “el sacrificio y la eliminación de todas las aves domésticas que se encuentran en el foco detectado y la correcta disposición, mediante su entierro a una profundidad de dos metros como mínimo”.
El virus detectado, la variante H5N1, ocasiona en las aves infectadas falta de coordinación, les impide volar y provoca que naden en círculos o presenten cuellos torcidos.