En la última reunión del BCE, el destino de los tipos de interés en la zona euro estaba marcado, pese a las turbulencias que se había generado por la caída de Credit Suisse y varios bancos en EEUU. La presidenta Lagarde ya había comprometido una nueva subida de tipos de 50 puntos básicos y dio la sensación de que no había posibilidad de marcha atrás. Hoy el economista jefe del BCE, Philip Lane, en una entrevista, ha dejado claro que “no vamos a anunciar las expectativas para la próxima reunión o para las próximas reuniones”. El banquero irlandés ha señalado que el movimiento del próximo 4 de mayo dependerá de si la crisis bancaria ha dejado en papel mojado las previsiones del organismo que se presentaron en marzo.
Falta un mes justo para la próxima reunión del BCE de mayo y cada semana que pasa parece que el techo de los tipos de interés está cada vez más cerca. O, por lo menos, es lo que el mercado está comenzando a intuir y la retórica de los banqueros del BCE deja entrever. Hoy el economista jefe del BCE, Philip Lane, una de las voces más seguidas dentro del Consejo de Gobierno, no en vano es el responsable de presentar y desarrollar el escenario económico en las reuniones de tipos, ha sido el encargado de ir enfriando las expectativas para el siguiente movimiento del BCE o de allanar el camino para que el banco tenga suficiente libertad a la hora de subir tipos.
Lane ha indicado que no van a comprometer la próxima subida o el tamaño de la misma, como ocurrió con el pasado anuncio, cuando Lagarde semanas previas había anticipado que la subida de marzo sería de 50 puntos básicos. Por el camino ocurrieron muchas cosas. Quebraron varios bancos en EEUU y toda la presión del mercado la comenzó a recibir Credit Suisse.
“Creo que analizaremos con mucho cuidado todos los datos que vayan entrando las próximas semanas”, ha explicado el irlandés a la agencia de noticias de Chipre. La sensación fue que en la anterior reunión que el compromiso de Lagarde ha sido precipitado. “Fuimos claros en nuestra reunión de marzo e hicimos un nuevo aumento entonces. Se ha hecho mucho, pero también hemos dejado claro que nuestra próxima decisión en mayo dependerá de varios factores”, ha incidido.
El economista jefe ha enumerado en primer lugar los datos que se publiquen de inflación, después ha señalado la importancia de la subyacente y, por último, ha destacado el impacto que está teniendo la subida de tipos en la economía y en el crédito. “En lugar de preguntarme cuál será la próxima decisión sobre los tipos de interés, el enfoque debe ser comprender cada dato que nos llega ¿Estamos viendo señales de que la inflación se está enfriando? ¿Estamos viendo señales de que los aumentos en las tasas de interés están reduciendo el crédito, por ejemplo? ¿Están provocando una menor inversión, un menor consumo, una menor presión sobre la economía y, por tanto, una menor inflación? Todavía tenemos un largo camino por recorrer desde ahora hasta la reunión de mayo, que está a un mes de distancia”, ha explicado.
Y ha añadido que “si, para el momento de la reunión de mayo, las proyecciones de marzo siguen en curso, entonces será apropiado un aumento de tipos de interés, sin embargo, si hay menos preocupaciones sobre la inflación, eso nos moverá en otra dirección”.
El problema de las previsiones de marzo que publicó el BCE es que nacieron muertas. No había posibilidad para los economistas del banco de haber incorporado la crisis bancaria. Pocos dudan que va a suponer un endurecimiento del crédito, como si el BCE siguiera en la misma senda de subidas.
La semana pasada explicaba en otra entrevista que “si el impacto de las tensiones financieras que vemos no es cero, pero resulta ser todavía bastante limitado, los tipos de interés aún tendrán que subir”, dijo al semanario alemán Zeit. “Sin embargo, si el estrés financiero del que hablamos se vuelve más fuerte, entonces tendremos que ver qué es lo apropiado”.
A corto plazo, salvo que la crisis bancaria reviva con fiereza, parece que en mayo habrá nuevas subidas y las apuestas se abren por el calibre. “Esperamos que el BCE suba los tipos 25 puntos básicos, tanto en mayo como en junio, pero dependerá de la evaluación de las condiciones financieras más estrictas después de las turbulencias bancarias”, indica Salomon Fiedler, economista de Berenberg.
El mercado de swaps financieros, que utilizan los grandes inversores para cubrir sus posiciones ante los movimientos en los tipos de interés y que es la principal herramienta de previsiones sobre tipos, descuenta un 89% de probabilidades de que el 4 de mayo el BCE suba las tasas de interés 25 puntos hasta el 3,25%. Pero lo más importante alrededor del BCE es hasta dónde llevará los tipos. El modelo IOS (Overnight Index Swaps) no lo marca muy lejos. La pasada semana estaba muy claro que la previsión era que los tipos en los depósitos del BCE, llegarían al 3,5%. Ahora mismo no está claro que haya dos subidas de 25 puntos básicos, pero sí una larga pausa. El techo de los tipos está muy cerca.
Francois Villeroy de Galhau, miembro del Consejo de Gobierno, dijo el pasado viernes que el BCE “ha completado la mayor parte del ajuste monetario, pero es posible que todavía tengamos un pequeño camino por recorrer”. El banquero galo está considerado dentro del BCE como una paloma, más partidario de políticas monetarias flexibles y suaves. Pero esta vez han hecho parecidas declaraciones. Gediminas Simkus, gobernador del Banco Central de Lituania, indicó: “Hemos cubierto la mayor parte del camino de los aumentos de las tasas de interés, pero todavía no hemos llegado”. Y Boris Vujcic, banquero central de Croacia, dijo ayer que “la mayor parte del ciclo de subidas de tipos ha quedado atrás”.