Mientras todo el mundo mira a Oriente Medio, más al este, una crisis está emergiendo en una de las arterias más importantes del comercio mundial, en lo que puede ser un nuevo desafío para el mercado logístico de todo el mundo. Desde hace unos meses el Mar de la China Meridional se ha visto amenazado en un conflicto diplomático abierto entre China y el resto de países cuyas aguas bañan sus costas: Vietnam, Filipinas, Malasia, Camboya, Indonesia y Taiwán. Desde Pekín se lanzó un mapa oficial en el que reclama como suya buena parte de la región, con zonas también pretendidas por estos países. Todo ello en un momento en el que estos mares viven un despertar histórico de descubrimientos petroleros que lo sitúan como una de las zonas con mayor potencial del mundo.
Como señalaba en un informe sobre el Mar de la China Meridional la Agencia de la Información Energética de EEUU, “la mayoría de los yacimientos de petróleo y gas natural descubiertos se encuentran en zonas no disputadas, cercanas a las costas de cada país. Según Rystad, la consultora de inteligencia energética noruega, aproximadamente 3.600 millones de barriles de petróleo y 40,3 billones de pies cúbicos (Tcf) de gas natural se encuentran en reservas probadas y probables en el Mar Meridional de China”.
Hasta hace unas semanas el problema no trascendía lo diplomático con declaraciones cruzadas a medida que países como Malasia comenzaban a explotar sus aguas con plataformas petrolíferas y exploraciones. Poco después China comenzó a mandar naves guardacostas que se dedicaban a estorbar lo máximo posible en su actividad sin embargo, el conflicto está trascendiendo los diplomático y pasando a mayores.
Desde Pekín han iniciado una escalada contra Filipinas y ya no es solo sus flotas mirándose desde la distancia. Esta semana ya hay acusaciones por ambas partes de embestidas intencionales entre las embarcaciones costeras. Desde Manila, además, acusan a la flota del gigante asiático de disparar con cañones de agua contra sus tropas, al tiempo de que se están produciendo peleas sin armas y con cuchillos.
El último caso fue lo sucedido cerca de Scarborough Shoal y Sabina Shoal en las Islas Spratly, un área que se encuentra dentro de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de 370 kilómetros de Filipinas, pero donde China reclama soberanía. Desde Pekín se han pronunciado las últimas horas reconociendo los enfrentamientos directos pero alegando que son culpa de Filipinas, ya que estaría invadiendo “ilegalmente” su territorio. Tras esto procedió a amenazar a su vecino alegando que su futuro se encuentra ante “una encrucijada” y les aconsejó que considerarán seriamente las implicaciones de estas escaramuzas en las relaciones de ambos países.