La UE encara la recta final del 2024, con bastante trabajo por hacer en el plan de salida de la pandemia. De los 723.800 millones de euros que componen la dotación total del plan de Recuperación y Resiliencia, se ha desembolsado un 42% de la financiación. Los países comunitarios deberán ponerse las pilas si quieren avanzar en el desempeño del plan y acceder a la totalidad de la financiación asignada antes de culminar el plazo de agosto de 2026.
“El desembolso total, incluyendo la prefinanciación del Plan de Recuperación, alcanza los 269.000 millones de euros. Lo que representa el 42% del total de la financiación asignada”, indicó en rueda de prensa la pasada semana el nuevo comisario de Economía y Productividad, Valdis Dombrovskis. “Este año hemos desembolsado 48.700 millones de euros a los Estados miembro y esperamos alcanzar los 300.000 millones de euros desembolsados a final de año“, añadió.
Concretamente, la cuantía entregada a los Estados miembro en concepto de fondos Next Generation EU asciende a 174.800 millones de euros. A ello se suman los 94.710 millones de euros concedidos en préstamos favorables, respecto a las condiciones del mercado. Lo que deja unos 30.000 millones de euros por entregar para cumplir con el objetivo marcado por el comisario letón para cierre de ejercicio.
Los tiempos son importantes pues agosto de 2026 constituye la fecha límite para que los Estados miembro reclamen al Ejecutivo comunitario la financiación asignada en el Plan de Recuperación. Si bien los desembolsos podrían producirse hasta dentro de dos años, lo cierto es que los países deben ponerse las pilas para completar los hitos y objetivos comprometidos con Bruselas y solicitar los siguientes pagos antes de que se termine el plazo.
No es que la opción de alargar la ejecución del Plan de Recuperación no se haya puesto sobre la mesa en múltiples ocasiones, pero a la hora de la verdad, tanto Dombrovskis como el anterior comisario de Economía, Paolo Gentiloni, han insistido en 2026 como ese límite del plan. No hay que olvidar que el propio instrumento, basado en la emisión de deuda conjunta por parte de la UE, supuso un hito en su mismo dado el rechazo de los Estados miembro frugales a este tipo de fórmulas.
Los altos cargos de la UE también han reconocido en múltiples ocasiones que el mayor reto se encontrará al final del periodo de ejecución del plan, que tocó su ecuador a cierre del pasado año. Si la primera mitad de los planes se centraba en reformas, la segunda se focaliza en inversiones. A ello se suma la dificultad de algunos países de absorber las grandes dotaciones económicas y canalizarlas a la economía real.
España es el segundo país con una mayor dotación económica al amparo del plan de Recuperación, un total de 163.000 millones de euros entre transferencias y créditos, que se quedan solo por detrás de los 192.000 millones asignados al plan italiano. Si Madrid arrancaba este plan como el mejor de la clase, el año pasado Roma le daba el sorpaso.
Ahora Madrid acumula un retraso en el plan de medio año. La intención del Ejecutivo español es pedir el quinto pago del plan de Recuperación antes de que cierre el año, como reiteraba la pasada semana el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, en Bruselas. Lo que se plantea el Gobierno es aglutinar varios hitos y objetivos ya cumplidos y adelantar parte de los futuros desembolsos, tras una adenda presentada recientemente por el Gobierno y pendiente, todavía de aprobación por la Comisión Europea.
De aprobarse esta revisión del plan, España pretende acceder a unos 25.000 millones de euros, entre fondos Next Generation y préstamos, una cifra muy superior a los 7.500 planteados inicialmente como parte del quinto pago y los dos primeros créditos. Lo resumía la pasada semana Cuerpo: “hemos presentado una adenda técnica a la Comisión Europea con respecto al plan de Recuperación, que lo que hace es adelantar más de 50 hitos y objetivos a este quinto desembolso y ese adelanto de elementos que España ya está cumpliendo, que se correspondían con el sexto, séptimo e incluso octavo desembolso”.
Será la primera vez que España pida préstamos del plan de Recuperación, cumpliendo, de esta manera, con el calendario pactado con Bruselas. Otros Estados miembro como Italia, Portugal, Grecia, Croacia o Rumanía ya han accedido a los créditos asignados en su plan. Si bien el acceso a estos préstamos en condiciones favorables es decisión de los Estados miembro, lo cierto es que existen serias dudas de que la totalidad de la financiación disponible bajo este paraguas, unos 380.000 millones de euros, sean desembolsados.
