El acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y Mercosur puede potenciar las ventas españolas de los productos más exportados como el aceite de oliva y el vino, si bien genera rechazo en otros sectores como el hortofrutícola y el ganadero por el impacto que puedan tener las importaciones.
España es partidaria de ratificar ese pacto, firmado en 2019, aunque varios países europeos liderados por Francia se oponen y exigen al bloque sudamericano más garantías en unas negociaciones que han vuelto a cobrar impulso en esta recta final de año.
Se espera que el acuerdo liberalice el 99% del comercio agrícola de la UE y que Mercosur abra su mercado al 88% de los bienes agrarios comunitarios.
Las exportaciones agroalimentarias y pesqueras españolas a Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) aumentaron en valor el 5,4% anual en 2023, hasta los 420 millones de euros, mientras que las importaciones disminuyeron el 29,4% (4.094 millones).
El déficit comercial creció el 32%, situándose en 3.674 millones, según un reciente análisis del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
Los productos españoles más exportados en 2023 fueron el aceite de oliva, el vino y el mosto, y las frutas de hueso; por el lado de las importaciones destacaron las habas y tortas de soja, y el maíz.
Aceite
El director general de la asociación de la industria exportadora de aceite de oliva Asoliva, Rafael Pico, considera que cualquier acuerdo que liberalice el comercio es “atractivo”, frente a los elevados aranceles impuestos actualmente por algunos países de Mercosur.
No obstante, muestra su preocupación por Brasil, el principal importador sudamericano de aceite de oliva, ya que habrá que ver si las exportaciones de países como Argentina, Chile y Perú van allí en detrimento de las españolas.
Vino
Fuentes de la Federación Española del Vino (FEV) aseguran que el pacto UE-Mercosur puede ayudar a diversificar mercados y facilitar a las empresas hacer negocios en países que, hasta ahora, tenían cerrados.
El sector se vería favorecido por la eliminación gradual de los aranceles al vino tranquilo y espumoso; la protección de 357 indicaciones geográficas europeas de vinos, espirituosos, cervezas y alimentos; normas para facilitar el comercio de vinos; y un sistema de solución de diferencias entre las partes.
Frutas
La Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex) ve un posible efecto “negativo” del acuerdo porque “falta un análisis de impacto sobre el sector hortofrutícola comunitario y sigue habiendo mucha opacidad”.
Todavía se desconocen las condiciones del desarme arancelario de cada capítulo y partidas, según Fepex, que destaca que no está garantizado el acceso de producciones comunitarias al mercado de Mercosur, cuyos países requieren la negociación de protocolos fitosanitarios por producto para permitir la entrada de frutas y hortalizas, al contrario que en la UE.
Entre enero y agosto, España exportó frutas y hortalizas al bloque por 39 millones de euros e importó por valor de 149 millones, según la federación.
Piensos
El director general de la patronal de fabricantes de piensos Cesfac, Jorge de Saja, afirma que España, con una balanza “fuertemente desequilibrada” en la alimentación animal, necesita acceder a las materias primas que no puede producir.
“La industria española se ha beneficiado y necesita esa apertura para mantener la competitividad. Aunque no es un acuerdo perfecto, creemos que hay más que ganar que perder”, añade.
Ganadería
La gerente de la Asociación Española de Productores de Vacuno de Carne (Asoprovac), Matilde Moro, cree que la firma del acuerdo agravaría la “delicada” situación de la ganadería bovina europea y aceleraría la pérdida de empleo y de valor en su medio rural.
Desde la producción de forrajes y otros alimentos para el engorde del ganado hasta los antibióticos, el bienestar animal o la trazabilidad, las normativas aplicadas en el Mercosur son “a menudo mucho más laxas que las de la UE”, que actúa con “hipocresía” mientras presume de liderar la lucha contra la deforestación, el cambio climático y la resistencia a los antibióticos, según Moro.