La economía española está sorprendiendo a propios y extraños por su fortaleza a principio de año, pero la inercia se irá perdiendo según avance el ejercicio. Funcas pronostica un estancamiento para el segundo semestre. La presión de la pérdida del poder adquisitivo en el consumo, la menor aportación del gasto público, el menor crédito provocado por la política monetaria y las turbulencias bancarias se van a terminar imponiendo a la fortaleza del mercado laboral y a las dinámicas positivas de desescalada postpandemia.
Las continuas mejoras de las previsiones económicas para la economía española y la perspectiva de que crecerá por encima del resto de potencias europeas esconden un complejo 2023. El dinamismo de la actividad irá perdiendo vigor, sobre todo, en el segundo semestre del año. Para la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) el PIB solo crecerá un 0,1% en tercer trimestre, un periodo caracterizado por la campaña estival, y no crecerá nada en el último trimestre del ejercicio.
Hay cierto consenso que la economía española sufrirá este fuerte frenazo. Al igual que Funcas, el Banco de España también mejoró sus previsiones para la economía, pero recortó expectativas para el consumo, la inversión y las exportaciones. El consumo de las familias es uno de los motores de crecimiento que perderá el PIB. La caída de poder adquisitivo por la inflación será más que evidente, han señalado el director general de Funcas, Carlos Ocaña, y el director de Coyuntura, Raymond Torres.
El consumo privado apenas avanzará, lastrado por la pérdida de poder adquisitivo de las familias y la merma del colchón de sobreahorro heredado de la pandemia”, ha detallado Torres. El pasado mes de enero, el organismo esperaba un incremento del gasto de las familias del 1,2%, ahora creen que será del 0,7%. Este recorte está motivado por la falta de capacidad de ahorro. La tasa de ahorro de los hogares cayó en 2022 hasta el 7,2% de la Renta Disponible Bruta anual, desde el 13,7% del año anterior. Para este año se espera una caída adicional hasta el 6,7%.
Otro de los elementos que frenará el crecimiento serán las condiciones crediticias. Por un lado, juega en contra que el BCE llevará los tipos al 3,75%, impulsando al Euríbor al 4%, según Ocaña. “Los pagos por intereses de los hogares se incrementarían en 16.000 millones de euros y los de las empresas no financieras lo harían en 24.000 millones”, ha subrayado. Otro golpe para el poder adquisitivo y capacidad de gasto del sector privado.
Si a la economía española se le viene un fuerte frenazo de la actividad, ¿por qué los grandes organismos mejoran sus previsiones? La respuesta hay que buscarla en 2022. Las importantes revisiones que realizó el INE a final de año sobre el segundo trimestre de 2022 elevaron el PIB total al 5,5%. Y esta circunstancia mejoró de forma automática las previsiones para 2023, por el efecto arrastre. Si la economía se estancara los cuatro trimestres de este 2023, crecería a un ritmo anual del 0,8%. Por la tanto, prácticamente la mitad del crecimiento que pronostican los expertos está heredada del año pasado.
Sin embargo, teniendo en cuenta este matiz, la economía está mostrando una gran fortaleza en el primer trimestre del año. Funcas pronostica un incremento trimestral del 0,4% y el Banco de España del 0,3%, pero hay muchas posibilidades de que la tasa trimestral sea superior. El modelo de PIB a tiempo real de la AIReF está anticipando un crecimiento del 0,7%, tras incorporar buena parte de los indicadores adelantado de enero y febrero, que abarcan desde afiliación a consumo eléctrico, pasando por datos de ventas de Hacienda, y la mitad de marzo.
Desde Funcas este mejor comportamiento de la economía española lo achacan al efecto expansivo derivado de la inesperada desescalada de los precios energéticos registrada en los últimos meses, “una tendencia que podría prolongarse”. La mayoría de los modelos de previsiones de economistas manejan que el precio del gas oscilaría sobre los 90 MWh. Ahora, prácticamente, cotizan a la mitad de precio. También destacan que el mercado laboral se está manteniendo como uno de los principales factores de resistencia de la economía española. Pese a la desaceleración de la actividad, Funcas prevé la creación de cerca de 200.000 empleos netos durante el presente ejercicio (en términos equivalentes a tiempo completo), y de 170.000 adicionales en 2024.
Otro de los motores de crecimiento está siendo los fondos europeos Next Generation explicaría cerca de la mitad del crecimiento previsto de la inversión, y aportaría cuatro décimas de crecimiento del PIB, según los expertos de Funcas. Las ayudas europeas ayudarán a mantener el superávit externo de la economía, que se está produciendo gracias al buen comportamiento de las exportaciones. La balanza por cuenta corriente arrojará un excedente del 1,4% durante el periodo de previsión, más del doble que en 2022.
El enfriamiento de la economía en la parte final del año desembocará en un crecimiento menor al previsto para 2024. La ralentización motiva un recorte de la previsión de crecimiento para ese año hasta el 1,4%, cuatro décimas menos que en enero.