Latinoamérica observa atenta lo que ocurre en Estados Unidos. El republicano Donald Trump se enfrentará en los comicios presidenciales del 5 de noviembre al candidato del Partido Demócrata, que probablemente sea la vicepresidenta, Kamala Harris.
Al igual que en su primera campaña y administración, Trump se opone a la migración proveniente del sur y amenaza con cerrar las fronteras.
Recientemente, el expresidente criticó al mandatario de El Salvador, Nayib Bukele, al asegurar que el país centroamericano había bajado exitosamente sus índices de criminalidad porque estaba “enviando a sus asesinos a EE. UU.”
Ingrid Wehr, directora de la oficina regional para Centroamérica de la fundación alemana Heinrich Böll (HBS, por sus siglas en alemán, ligada al partido Los Verdes) dice a DW que el discurso de Trump en contra de los migrantes centroamericanos “se basa en desinformación y odio racista”.
Este puede “llevar a la estigmatización de migrantes como “criminales” y a una ola de deportación masiva, con un impacto negativo en miles de familias centroamericanas, que dependen de las remesas de sus familiares en EE.UU.”, añade.
Wehr cree que un nuevo gobierno de Trump podría representar una amenaza para las fuerzas democráticas regionales y también para la lucha contra el cambio climático.
“Hace una significativa diferencia si un populista, racista, ultraconservador y antifeminista como Trump, o una candidata del Partido Demócrata, con el perfil de Kamala Harris -si es elegible oficialmente-, liderara el próximo gobierno”.
“Si Trump, un negacionista de la crisis climática, llegara al poder, todos los avances alcanzados en la agenda climática de la administración de Biden estarían en juego”, agrega la experta.
En conversación con DW, Johannes Hügel, director de la oficina en Ecuador de la fundación alemana Konrad Adenauer (KAS, por sus siglas en alemán, ligada a la Unión Demócrata Cristiana), sostiene que es difícil “predecir cómo Trump actuará”.
Pero ante la creciente influencia china en la región, es posible que busque aliarse o tener mayor sintonía con gobiernos que tengan una ideología más liberal, como Argentina o Ecuador, plantea.
Debido al narcotráfico y al crimen organizado, “habría un mayor interés de EE.UU. de interactuar con esos países y apoyar políticas de seguridad”, añade.
A pesar de las palabras de Trump en contra de la migración, grupos de migrantes venezolanos esperan, por ejemplo, que Donald Trump gane la presidencia, “porque los republicanos condenan al régimen de Maduro”, explica.
Miles de personas intentan cruzar de manera irregular hacia EE. UU. a través de la frontera con México. Por su parte, Florian Huber, director de la oficina de México y el Caribe de la HBS, asegura a DW que “sin lugar a duda, las cuestiones en torno a la migración, la seguridad, la política de drogas y las relaciones económicas estarán estrechamente interrelacionadas en el manejo de las relaciones bilaterales” entre ambos países.
Huber plantea que “si bien Trump y el presidente mexicano AMLO se llamaban mutuamente ‘amigos'”, la relación entre ambas naciones se tensó “por la crisis migratoria, la llegada de drogas, como el peligroso fentanilo, desde México, y el aumento de las inversiones chinas en el país”.
“La relación de la futura presidenta de México, Claudia Sheinbaum, con Trump podría ser aún más complicada”, prevé el experto.
No obstante, Kamala Harris tampoco está a salvo de críticas. La posible candidata demócrata también ha sido fuertemente cuestionada por los republicanos, que la acusan de permitir el acceso “ilegal” de inmigrantes a EE.UU. y agravar la crisis migratoria y del narcotráfico en la frontera con México.
“En Centroamérica no se esperan milagros de una administración de Kamala Harris -si gana el proceso de nominación- en materia de mejoras de la situación de los migrantes” en América Latina, afirma Wehr, de la HBS en Centroamérica.
En tanto, Huber, de la HBS de México y El Caribe, señala que “con la victoria de Kamala Harris, las relaciones en términos económicos y de inversión podrían ser menos tensos. Pero la crisis migratoria seguirá siendo un reto que no tendrá una solución fácil”.