Las guerras, que van en aumento en el planeta, condicionan cada vez más a la economía global, que parece habituarse a convivir con ellas. En el caso más reciente, de Gaza, en Occidente se habla mucho de la repercusión económica de este conflicto, que abre una grieta más en las expectativas de crecimiento económico mundial, pero poco sobre la modesta economía palestina. Prácticamente nadie se pregunta qué pasará con el PIB de Gaza o de Cisjordania, como si no existieran sus economías internas, a pesar de que ambos territorios tienen poblaciones similares a las de Galicia o Euskadi.
Los análisis se reducen a qué puede pasar con el petróleo; máxime si la guerra se extiende a Oriente Medio. Lo que suceda con la economía de Gaza importa menos, a pesar de ser decisiva para más de dos millones de palestinos que viven, en buena medida, gracias a la ayuda externa, con mucha escasez de moneda. La atención se centra estos días en la escasa entrada por el paso de Rafah de camiones con alimentos, medicinas y agua. Un mero parche en medio de un desastre humanitario.
Entre tanto, el mundo se enfrenta a una encrucijada, en la que la incertidumbre económica y las tensiones geopolíticas están entrelazadas. Los analistas financieros y los titulares de los medios suelen limitarse a las posibles consecuencias económicas de la escalada bélica entre Israel y Hamás, de modo que aumenta la brecha entre las grandes narrativas geopolíticas y las realidades locales de los palestinos; e incluso de los israelíes.
Un informe de Generali Investments alerta de los posibles efectos negativos de las guerras en curso, junto con las pugnas geoestratégicas globales, condicionadas, además, por la tensión entre China y EE UU. Pero más que centrarse en Oriente Medio, se señala el estancamiento del crecimiento en China como un factor preocupante. A su vez, la eurozona se enfrenta a una recesión moderada en Alemania y un estancamiento generalizado en la mayoría de los países, entre ellos España.
Los palestinos de Gaza e incluso Cisjordania tienen una economía dependiente de la ayuda extranjera y mucha escasez de moneda
A pesar de la creciente ansiedad en torno a la guerra entre Israel y Hamás, la economía interna de Palestina queda relegada en el análisis global. Preocupan más las implicaciones militares, sobre todo si hay una escalada, y el aumento potencial del precio del petróleo. La economía palestina, de por sí frágil y marginada, es de mera supervivencia. Más aún en el caso de la Franja de Gaza, infrafinanciada y sujeta a notables altibajos durante años. A este paso Gaza terminará prácticamente destruida.
Hubo un período, entre 1968 y 1980, en el que PIB per cápita en los territorios palestinos experimentó un crecimiento anual promedio del 7%, pero eso ya es historia. La década de los 80 marcó una disminución en ese indicador y en varios aspectos del desarrollo socioeconómico en la región. Uno de los problemas más graves fue el aumento del desempleo crónico, que alcanzó una tasa superior al 50% en 2006.
En 1994 se firmó el Protocolo Económico de París, fruto de un acuerdo entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina –ahora solo gobierna Cisjordania–, que reactivó la economía. Pero las políticas de bloqueo, la corrupción en el gobierno palestino y los efectos de la violencia obstaculizaron el desarrollo en Gaza y Cisjordania. Desde 2006, el cierre de fábricas y la pérdida de empleo debido a los bloqueos navales e impuestos terrestres por parte de Israel y Egipto empeoraron aún más la situación. Un crecimiento del 7% en el primer semestre de 2010 fue un espejismo. Hoy mal se puede hablar de economía en un territorio semidestruido e incomunicado. @J_L_Gomez
AL ALZA
El paro
Las estadísticas sobre Palestina no son muy fiables, pero según los datos que hay, por ejemplo en Datosmacro, experimentó crecimientos en su PIB en los dos últimos años, aunque partiendo de valores bajos, insuficientes para crear empleo, de ahí que el paro sea tan alto. El valor de su economía se estima en 5.407 millones de euros en 2022, en la posición 157 del ranking de los 196 países que publican datos. Su mejor dato en PIB data de 2019, cuando alcanzó los 15.304 millones de euros.
A LA BAJA
El PIB
Desde 2019, el PIB de Palestina, tanto en cifras absolutas como per cápita, va cuesta abajo. En PIB per cápita, se sitúa ahora en el puesto 169, lo que sugiere que sus habitantes se encuentran entre los grupos poblacionales con menores ingresos en la clasificación de los 196 países considerados. En 2022 fue de solo 1.034 euros, 1.893 euros menos que en 2021, cuando había alcanzado los 2.927 euros. Con mayor perspectiva, Palestina ha retrocedido a niveles de PIB per cápita de los años 90. @mundiario
Mahmud Abás
Presidente de la ANP
La dependencia de la asistencia extranjera sigue siendo una preocupación fundamental desde que asumió la presidencia de la Autoridad Nacional Palestina en 2005. No tiene una moneda palestina y sufre las restricciones impuestas por el bloqueo. Ahora también le afecta la guerra en Gaza.
Joe Biden
Presidente de EE UU
Los acuerdos de partición propuestos por la ONU en 1947 buscaban establecer un Estado judío y otro árabe en la región, pero la implementación de estos acuerdos no logró crear un Estado palestino independiente. La posición de EE UU es clave.
António Guterres
Secretario general de la ONU
La comunidad internacional ha abordado el estatus de Palestina de diversas maneras y la Asamblea General de las Naciones Unidas le otorgó en 2012 el estatus de observador a la Autoridad Nacional Palestina. En la práctica, no es un Estado independiente.
PEDRO SÁNCHEZ
Presidente del Gobierno
Tanto en la cumbre de paz de El Cairo como en la cumbre europea, ha llamado a actuar en “lo urgente” –ayuda humanitaria, liberar a los rehenes y evitar una crisis regional–, sin apartar la atención de “lo importante”, que es la “implementación de la solución de dos Estados, Israel y Palestina”. @mundiario