El mayor sindicato alemán, IG Metall, anuncia que exigirá una subida salarial del 7% para 3,9 millones de trabajadores de las industrias del metal y la electricidad de cara a la negociación colectiva que comenzará mediados del próximo mes de septiembre. Pero no es el único. El Bundesbank habla de que en algunas negociaciones se plantearán hasta mejoras del 15%. La presidenta del BCE se mostró preocupada por la evolución de los salarios, que se sitúan por encima de los últimos datos de inflación.
En EEUU, lo llaman la última milla. El último tramo para meter en cintura a la inflación por debajo del objetivo del 2%. Y lo llaman así porque es el más difícil. Para el BCE, la última parte del maratón tiene que ver con que los salarios no vuelvan a desbocar los precios. “Un 7% más de dinero durante 12 meses, 170 euros más para aprendices y estudiantes duales”, ha recomendado la junta directiva de IG Metall a los comités de negociación colectiva para la próxima ronda de negociaciones colectivas en la industria del metal y la electricidad.
“Los pagos únicos realizados por los empresarios en virtud del último convenio colectivo han sido devorados por la inflación. Los empleados merecen una compensación mensual permanente y el reconocimiento de sus esfuerzos”, ha defendido Nadine Boguslawski, responsable de la política de negociación colectiva en la junta directiva de IG Metall.
A principio de año, muchas empresas alemanas consiguieron que las mejoras salariales no se convirtieran en permanentes. Lo consiguieron gracias a pagos únicos para compensar el impacto de la inflación en las nóminas. Los beneficios negociados aumentaron considerablemente en el primer trimestre, un 6,2% interanual. “A este considerable crecimiento salarial contribuyeron tanto los aumentos salariales permanentes como las cuantiosas bonificaciones de compensación por inflación exentas de cotizaciones sociales”, comenta el Bundesbank.
El sindicato más importante del país, IG Metall, señala que las empresas alemanas tienen una considerable acumulación de pedidos “y los empleados tienen que trabajar duro”, mientras que los altos precios en las cajas de los supermercados ejercen presión sobre el bolsillo de los empleados.
“Las demandas salariales de los sindicatos oscilan actualmente entre el 7% y el 15% en un plazo de 12 meses y, por lo tanto, todavía se encuentran en un nivel alto. Aunque la inflación ha disminuido considerablemente desde su máximo en 2022, los sindicatos siguen siendo conscientes de las pérdidas salariales reales acumuladas en los últimos tres años”, indica los analistas del banco central de Alemania. Hablando en plata, los sindicatos quieren recuperar todo el poder adquisitivo que pueda después de tres años de inflación desatada.
El sindicato del metal es el más grande y el que suele marcar el ritmo de las negociaciones colectivas. Otros sindicatos buscan todavía mejores condiciones. Los últimos convenios salariales colectivos apuntan a un fuerte crecimiento salarial continuo. En términos anualizados, el crecimiento salarial oscila entre el 3,0% en el trabajo temporal hasta el 10,6% en la logística y transporte de mercancías.
Ahora mismo, para el BCE, el crecimiento de los salarios es una de sus máximas preocupaciones para terminar venciendo a la inflación. En la última reunión de la institución, la presidenta Christine Lagarde dijo que “los salarios aumentan a un ritmo elevado”. Preocupa porque el aumento de las nóminas es el primer paso para que se desate una espiral de salarios y precios. Al día después de que el BCE bajara tipos, se publicaron la remuneración por asalariado en la zona euro. Subieron en el primer trimestre un 5,1% anual, por encima del 4,9% del período anterior.
“Las medidas prospectivas apuntan a una clara moderación del crecimiento salarial, que reacciona con retraso a la inflación. Aun así, la información de los costes salariales envalentona a los halcones del consejo del BCE, que depende de los datos, lo que significa que la relajación de la política monetaria será sólo gradual”, explica Riccardo Marcelli, economista de Oxford Economics.