El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo el jueves que los objetivos de inflación del país eran excesivamente rígidos y renovó las críticas al Banco Central por las altas tasas de interés antes de una reunión que fijará sus objetivos de inflación para 2026.
Las declaraciones de Lula se produjeron en un momento en el que los mercados financieros siguen de cerca la reunión del Consejo Monetario Nacional (CMN), que se celebrará más tarde en el día, en busca de posibles cambios en los objetivos de inflación, que actualmente se sitúan en el 3,25% para 2023 y en el 3% para los próximos dos años.
“Personalmente creo que Brasil no debería tener una meta de inflación tan rígida si no puede cumplirla”, dijo Lula en una entrevista con Radio Gaúcha. “Pero no es prudente que hable del consejo monetario antes de su reunión”.
El CMN está formado por el ministro de Hacienda, el ministro de Planificación y el jefe del Banco Central, lo que da al Gobierno federal dos de los tres votos en uno de los debates de política económica más espinosos de la mayor nación de América Latina.
Anteriormente, Lula insinuó la posibilidad de modificar los objetivos de inflación para aumentarlos y permitir la relajación de la política monetaria, una medida que acabó empeorando las expectativas de variación de los precios al consumidor.