El crecimiento de la actividad del sector manufacturero de China aceleró el pasado mes de mayo hasta su nivel más alto en 23 meses, según la lectura del índice PMI elaborado por la consultora Caixin, que se situó en 51,7 puntos, frente a los 51,4 del mes de abril.
Esta expansión se vio respaldada por el crecimiento de los nuevos pedidos, impulsado por una demanda más fuerte, tanto interna como extranjera, aunque el ritmo de expansión de los nuevos encargos se desaceleró ligeramente desde abril.
Las existencias de productos terminados volvieron a contraerse en mayo, mientras que los plazos para la entrega de insumos se acortaron por tercer mes consecutivo. De su lado, el trabajo atrasado se acumuló por tercer mes consecutivo y al ritmo más rápido desde septiembre de 2021, aunque las empresas siguieron dudando en contratar trabajadores adicionales, como refleja la caída de los niveles de empleo.
“El crecimiento de la producción manufacturera alcanzó un máximo de 23 meses en mayo, con aumentos particularmente fuertes en la producción de bienes de consumo”, destacó Wang Zhe, economista senior de Caixin Insight Group, para quien, a pesar de la mejoría, persisten los obstáculos y los niveles de precios aún eran bajos, especialmente en el lado de las ventas, mientras que las empresas se mostraron cautas sobre la contratación.
“La economía de China es en general estable y sigue en el camino de la recuperación (…) Sin embargo, la presión sobre el empleo y una demanda más débil que la oferta siguen siendo cuestiones destacadas. La causa fundamental son las débiles expectativas generales”, advirtió.
La lectura del dato de mayo de Caixin contrasta con el resultado de la encuesta oficial, cuyo PMI retrocedió en mayo a 49,5 puntos desde los 50,4 de abril, lo que supondría la primera contracción de las manufacturas chinas desde el pasado mes de febrero.