La transición energética global es una buena señal a largo plazo para las importantes industrias de cobre y litio de Chile (A2 estable), pero hay obstáculos que retrasarán todo su potencial en el corto plazo.
Por una parte, la transición energética en todo el mundo también incrementará la demanda de algunos commodities durante la próxima década, incluyendo metales como el cobre y litio, los cuales abundan en Chile.
Sin embargo, las empresas mineras de Chile deberán buscar un equilibrio entre la necesidad de expandir la producción de estos commodities, que son cruciales para la transición energética de cara al futuro, y la necesidad de reducir las emisiones de carbono derivadas de la producción de cobre y litio.
Es el mensaje principal del estudio “Transición de carbono – América Latina y el Caribe: Los esfuerzos globales indican fortaleza a largo plazo para la energía renovable, el cobre y el litio en Chile”, publicado este lunes por Moody’s Ratings.
La demanda de cobre y litio crecerá significativamente en las próximas décadas debido a la transición energética, especialmente con la adopción de vehículos eléctricos en todo el mundo.
Pero este crecimiento dependerá de las políticas gubernamentales sobre transición energética y del ritmo de aparición de tecnologías de energía renovable y vehículos eléctricos, así como de avances tecnológicos relacionados.
“Chile podría convertirse en un líder clave de la transición energética, dado que posee las mayores reservas de cobre y litio del mundo. Sin embargo, una serie de factores naturales, estructurales y operativos contribuyeron a una disminución de su participación en el mercado del cobre”, indica la entidad en su reporte.
Por otra parte, Chile ha asumido varios compromisos formales con la descarbonización a nivel nacional e internacional. Y en todo esto, el sector minero es crucial para promover la energía renovable en Chile y en todo
el mundo.
“Con la disminución de los costos de la energía renovable, la matriz energética se volverá más limpia y competitiva, conforme a los compromisos de Chile de reducir los gases de efecto invernadero (GEI)”, afirma Moody’s Ratings.
El cobre también es un componente importante en la infraestructura de energía renovable, y los vehículos eléctricos utilizan grandes cantidades de cobre en los motores y sistemas de carga.
Las cuatro principales compañías eléctricas de Chile – Colbún, Aes Andes, Enel y Engie- tienen hoy en día la difícil tarea de prepararse para satisfacer una mayor demanda de la industria minera, al tiempo que realizan su propia transición energética.
La producción de energía renovable continúa expandiéndose a medida que el sector eléctrico invierte en ella, pero la transición es más riesgosa porque la volatilidad inherente a la generación renovable requiere mayor solidez del sistema de transmisión y capacidad de almacenamiento en baterías.
La expansión nacional de la industria del litio beneficiará a Chile a medida que se intensifiquen los esfuerzos de transición energética en todo el mundo.
La apuesta del análisis de Moody’s Ratings es que probablemente la demanda de litio local se duplique hacia el final de la década, especialmente con la adopción generalizada de vehículos eléctricos a batería. Además, la extracción de litio de Chile, en forma de salmuera, si bien intensiva en agua en uno de los ecosistemas más secos del planeta, consume menos energía que en otros países productores.
“Sin embargo, el estado chileno comenzará a ejercer mucho más control sobre la industria nacional del litio a partir de 2031, y probablemente se centrará más en la sostenibilidad a largo plazo y los beneficios socioeconómicos que en consideraciones puramente comerciales”, advierte la entidad.