La Premio Nobel de Economía Claudia Goldin considera que la expansión del teletrabajo a raíz de la pandemia de covid-19 puede ayudar a igualar algunas de las diferencias de la brecha de género laboral y salarial.
Goldin, profesora de la Universidad de Harvard (EE.UU), es la tercera mujer en lograr un Nobel de Economía y la primera en hacerlo en solitario, gracias a sus investigaciones sobre el papel de la mujer en el mercado laboral y la brecha salarial de genéro.
La economista participó hoy en una rueda de prensa con el resto de premiados en Física y Química, antes de que el domingo se celebre la ceremonia de entrega de los premios Nobel en Estocolmo.
La pandemia “fue terrible, murió mucha gente, de hecho estamos celebrando con uno de los nobel una de las cosas más maravillosas, que fue la capacidad de producir la vacuna a escala. Una cosa increíble”, recordó Goldin (1946).
Pero también trajo la expansión y normalización del teletrabajo y por eso, “curiosamente, la pandemia tuvo “un lado beneficioso” en el sentido de “aprender a trabajar de forma coordinada en casa, a hacer contratos y tratos comerciales con zoom, a establecer contacto visual con personas de otro continente”.
En definitiva, indicó la nobel, el teletrabajo ha hecho que las personas que además de trabajar tienen la responsabilidad de cuidar a sus hijos o a su mayores “no tengan que dedicar mucho tiempo” a ir a otro lugar.
La nobel ha estudiado cómo, en la actualidad, hombres y mujeres parten básicamente del mismo punto cuando entran en el mercado laboral, pero al formar una pareja y tener el primer hijo, son ellas las que, mayoritariamente abandonan temporalmente o reducen la jornada de trabajo para dedicarse al cuidado de la familia.
Con ello se genera una brecha salarial que posteriormente no se cierra.
La economista consideró que con el teletrabajo ha sido “como flexibilizar el trabajo codicioso y hacer más productivo el trabajo flexible“.
Goldin acuñó el término de “trabajo codicioso” para referirse al que su retribución depende de la gran disponibilidad durante horas, fuera de la jornada ordinaria, para atender llamadas, mensajes o para viajar, unos trabajos tienen en especial los hombres y que aumentan la brecha salarial.
Flexibilizar el trabajo codicioso y hacer más productivo el trabajo flexible son “cosas extremadamente buenas para quienes tienen responsabilidades asistenciales, y en todo el mundo eso corresponde desproporcionadamente a las mujeres“.
Por ello estima que el teletrabajo ayudará a “igualar algunas de las diferencias” que se dan hoy en la brecha de género laboral y salarial.
Renunciar a la igualdad en pareja
La economista reiteró además su idea de que es el propio mercado laboral el que “suele incitar” a las parejas del mismo sexo “a renunciar a la igualdad de pareja“, cuando llega el momento de asumir la crianza de los hijos, lo que suele ser responsabilidad de las mujeres, “tirando así la igualdad de género por la borda”.
Eso no quiere decir que no haya otras cuestiones “relativas al género en el lugar de trabajo, pero esta es una de las principales y que casi todas las mujeres con responsabilidades de cuidado conocen, pero de la que no se habla lo suficiente”.
Recibirá el premio Nobel
Goldin recibe el Nobel, según el comité encarado de fallarlo, por “haber hecho avanzar nuestra comprensión de los resultados de la mujeres en el mercado laboral”.
Con sus investigaciones ha proporcionado el primer informe integral sobre salarios y participación de las mujeres a lo largo de los siglos, revelando las causas del cambio y el origen de la diferencia de género.
La nobel dijo que “lo importante es darse cuenta de que siempre hay diferencias y problemas comunes, pero que realmente se ha progresado”.
En este sentido, dijo que “hace algún tiempo las mujeres podían tener un trabajo o una familia; una carrera o una familia; una familia y luego un trabajo; una carrera y luego una familia, y ahora una carrera y una familia“.