Pemex ha cerrado el segundo trimestre del año con pérdidas por valor de 255.937 millones de pesos mexicanos (US$ 13.995 millones) frente al beneficio neto de 25.423 pesos mexicanos (US$ 1.378 millones, aproximadamente) del mismo período del año anterior.
Los principales factores que contribuyeron a esta variación fueron la disminución en las ventas totales, un incremento en la pérdida cambiaria, una disminución en el rendimiento por instrumentos financieros derivados y un incremento en el costo de ventas.
Con todo, el resultado se ha visto compensado con una disminución en el deterioro de activos fijos y una disminución en los impuestos y derechos.
Los ingresos de la compañía alcanzaron los 409.528 millones de pesos mexicanos (US$ 22.204 millones), un 1,1% menos que en el segundo trimestre de 2023, debido a la caída de las ventas de exportación y a la apreciación del peso contra el dólar.
No obstante, la facturación se ha visto compensada por un aumento del 12,5% en las ventas nacionales principalmente por mayores precios del crudo y productos petrolíferos.
En lo que va del año, las ventas de Pemex en el mercado interno representan ya el 76% de los ingresos totales de la empresa. Pemex ha logrado una mayor participación en el mercado interno de productos petrolíferos respecto de los niveles mínimos que llegó a registrar en los años previos.
Por su parte, el coste de ventas, incluyendo el deterioro, se ubicó en 364.381 millones de pesos mexicanos (US$ 19.757 millones), un 10,9% más en términos interanuales. Este incremento obedece a mayores gastos de operación (principalmente en impuestos y derechos) y mayor gasto en amortización.
En tanto, el resultado bruto de explotación (Ebitda) se ubicó en 55.800 millones de pesos mexicanos (US$ 3.025 millones), según ha resaltado este viernes la compañía en su presentación de resultados.
Finalmente, la deuda financiera total ha disminuido en un 1,8% en comparación con la cifra registrada al cierre de 2023.