Este martes, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia (DANE) presentó las cifras de pobreza monetaria en el país cafetero para 2023.
Estos datos son clave, pues además de ofrecer un pedazo del panorama económico colombiano, hablan del bienestar básico de millones de personas.
Para 2023, la pobreza monetaria se presentó en 33% de la población, lo que representa una reducción de 3,6% frente a las cifras de 2022, cuando este indicador se ubicó en 36,6%.
Asimismo, la pobreza monetaria extrema presentó una incidencia de 11,4%. Esto implica una caída de 2,4% frente a los resultados de 2022.
Esto representa una buena noticia, pues entre 2022 y 2021 este fenómeno había tenido un crecimiento, pequeño, pero crecimiento al final.
En números totales, estos datos significan que hay 16,7 millones de personas en situación de pobreza y 5,7 millones de colombianos en pobreza extrema, de acuerdo con los datos presentados por el DANE este martes. Ambos datos son reducciones frente a los números de 2022: 1,6 millones menos y 1,1 millones menos, respectivamente.
De entrada, hay que establecer unas diferencias clave.
La primera es aclarar que el país hace dos grandes mediciones de pobreza: la monetaria (con el añadido de la extrema) y la multidimensional.
La que fue presentada este martes por el DANE fue la monetaria (con la extrema), que tiene en cuenta sólo el poder adquisitivo de los hogares: es una medición que se hace en relación con el dinero.
La multidimensional (como su nombre lo indica) tiene en cuenta una serie extra de elementos y dimensiones; es un índice más complejo, que busca pintar un panorama más granular y complejo de la situación de una familia (si tiene acceso a servicios de salud o cuál es la calidad de su vivienda, por ejemplo).
Ahora bien, la medición de pobreza monetaria establece un monto de dinero que permite tener unas condiciones mínimas de vida en términos de acceso a alimentación, vivienda y servicios, por ejemplo.
La pobreza monetaria extrema se reduce exclusivamente al tema de alimentos: esta categoría se entiende como la posibilidad de que una persona tenga una alimentación básica (2.100 calorias diarias).
Y de estas mediciones se desprende un término que tiene algo de popularidad: las líneas de pobreza. Estas son, en palabras sencillas, el monto de dinero que permite unas condiciones mínimas de vida.
Las líneas tienen un cálculo nacional, pero también local, puesto que el costo de los arriendos, servicios y alimentos varía entre ciudades y departamentos.
Así mismo, las líneas se utilizan para definir asuntos como subsidios y otras asistencias del Estado.