El presidente de la República, Pedro Castillo, en su primer mensaje a la nación, sostuvo que con la finalidad de acabar con los abusos de las entidades financieras que cobran tasas de interés altas, el Banco de la Nación deberá estar en la capacidad de ofrecer todos los servicios bancarios disponibles, para competir en el mercado financiero, con utilidades razonables y sin usura.

Aunque para los especialistas la competencia es el principal instrumento para disminuir el costo del crédito, la participación del Banco de la Nación no es viable por su organización industrial, su marco regulatorio, el tamaño del mercado peruano, y porque en el segmento que busca competir para bajar las tasas de interés ya existe competencia.

“¿Se va a lograr el modelo francés de tener a una entidad pública para poner los parámetros de juego a los privados? Lo dudo. El Banco de la Nación es pequeño comparado con las carteras de los bancos privados como para influir en la competencia”, dijo Roxana Barrantes, profesora de la PUCP e investigadora del Instituto de Estudios Peruanos.

A decir del economista Jorge Gonzales Izquierdo, el Banco de la Nación por la naturaleza en la que opera de custodiar los recursos fiscales, pagar a los funcionarios públicos y repartir las transferencias no está en la capacidad de operar como un banco de primer piso, que capta depósitos y asume riesgos mediante la colocación de créditos, así como la tarea de brindar una oferta amplia de servicios financieros

“El Banco de la Nación no está estructurado para generar una amplia gama de servicios financieros y administrarlos bien, tampoco tiene la institucionalidad que se necesita, ni el capital humano para hacerlo. Primero tendría que haber un proceso de adecuación”, manifestó González Izquierdo.

El economista explica que el banco estatal para convertirse en una entidad de operaciones múltiples, requiere nivelar el suelo en el que está parado, dado que hoy no está sujeto a las regulaciones de las entidades financieras privadas y tiene privilegios frente a estas, como el no tener que hacer encajes y provisiones, además capta fondos a costo cero.

“El Banco de la Nación como está tendría una preferencia y haría una competencial desleal”, señala González Izquierdo.

Pelea a las microfinancieras

Las motivaciones detrás del presidente Pedro Castillo de que participe el Banco de la Nación, al entender de González Izquierdo, es para que la población de bajos recursos, así como microempresas puedan acceder a financiamiento más barato del que hoy acceden.

No obstante, la puntería del nuevo gobierno hacia la banca privada no sería acertada, porque las principales empresas que abastecen, principalmente, de financiamiento a las mypes son las entidades especializadas en microcréditos o prestamos de consumo, que muy pocas son bancarias y la mayoría son cajas, Edpymes, ONG especializadas y cooperativas, en la que ya existe competencia

Para darnos una idea de la rivalidad que existe entre las instituciones que atienden a este segmento de clientes, el Banco Central de Reserva, hace tres años, hizo una estimación del grado de concentración que hay en la oferta de créditos de consumo, a la micro y pequeña empresa, mediante el uso del índice de concentración Herfildhal Hirchaman (IHH), que evalúa la participación de cada entidad.

Para entender la lectura de este índice, un indicador entre 1.500 puntos y 2.500 puntos indica que estamos frente a un mercado moderadamente concentrado y por debajo de 1.500 puntos, el mercado es competitivo. La autoridad monetaria encontró que, en los créditos a la microempresa, de montos menores a los S/3.000, el IHH es de 1.309 puntos, en los préstamos para este mismo segmento, de entre S/3.000 y S/20.000, el índice es de 948 puntos, es decir, en ambos casos es el mercado es competitivo.

En el caso de los créditos a la pequeña empresa, para montos de entre S/20.000 y S/50.000, el IHH es de 827 puntos y para la deuda de entre S/50.000 y S/300.000, el IHH es de 1.200 puntos.

Por último, en el caso de los créditos de consumo menores a S/3.000, el IHH es de 600 puntos, para los préstamos entre S/3.000 y S/20.000, el IHH es de 694 puntos y para los préstamos de entre S/20.000 y S/300.000, el IHH es de 1.008 puntos. Vale decir, el mercado, en este segmento es competitivo y las tasas de interés altas responden tanto al riesgo de incumplimiento de pago de los clientes como a los altos costos que enfrentan las entidades financieras.

“Hoy, las cajas municipales y rurales y cooperativas de ahorro y crédito se focalizan en la micro y pequeña empresa y en las familias de bajos recursos, y no lo bancos. Si el presidente quiere que el Banco de la Nación entre a competir con la banca, tendría que crear otro tipo de productos, los que van a la gran empresa, a las familias de clase media y alta. No sé si al Banco de la Nación le quedaría bien ese rol”, sostuvo González Izquierdo.

Para el presidente de la Asociación de Instituciones de Microfinanzas (Asomif), Jorge Antonio Delgado, el sector de las pequeñas y microempresas está atendido desde hace más de 30 años por las entidades de microfinanzas y el Banco de la Nación no tiene experiencia en este negocio.

Lo que se requiere, según Delgado, es que el Banco de la Nación siga haciendo alianza con estas instituciones para operar en los lugares en las que es única oferta bancaria, pues permite a las entidades privadas hacer viable la operación en estos lugares.

“Pasa que el Banco de la Nación no tiene expertise para colocar créditos a las mypes. Va a demandar mucho tiempo para que pueden cambiar su estatuto. Además, capta los recursos del Tesoro y el dinero del Estado no puede tocarse porque hay clausulas penales, señaló.

Por su parte, la gerente de Estudios Económicos de la Asociación de Bancos (Asbanc), Sandra Belaúnde, señaló que el gremio bancario reconoce la importancia de generar mayor competencia en el sistema financiero; sin embargo, considera que es igual de importante que estas iniciativas sean plenamente compatibles con los principios que rigen la Constitución.

Justamente, hace unos días, el Ejecutivo observó la autógrafa de ley que autorizaba al Banco de la Nación a competir con la banca privada a través del otorgamiento de créditos a personas naturales o de recibir depósitos de ahorros de estos últimos.

Entre las razones figura que va en contra del rol subsidiario del Estado, contemplado en el artículo 60 de la Constitución.

Recomendaciones para una mayor competencia

De otro lado, el economista González Izquierdo hizo algunas recomendaciones para aumentar la competencia en el sistema financiero.

Señaló que el nuevo gobierno debe desarrollar la banca virtual, mediante una mayor oferta de las Fintech, que dada su tecnología pueden ofrecer préstamos a tasas menores, promover al oferta de microseguros y promover el acceso de la mediana empresa al mercado de capitales para brindarle una alternativa más de financiamiento.

“Esta es la forma moderna de meter más competencia. No haciendo que más bancos entren o que el Banco de la Nación participe, porque el mercado peruano es pequeño. No alcanza para más bancos”, concluyó.