El mundo produce y consume actualmente unos 23,000 millones de toneladas de cobre y necesitará adicionar una cantidad similar hacia el 2035 para avanzar con la descarbonización mundial, la electrificación y el crecimiento de la población mundial. En ese contexto, el Perú tiene una oportunidad histórica y un futuro brillante si toma las decisiones correctas.
Así lo indicó Rag Udd, presidente para las Américas de la empresa minera BHP, en su conferencia magistral en el evento central de Rumbo a PERUMIN, organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), que se realiza del 20 al 24 de setiembre de manera virtual y gratuita.
Unos US$ 500,000 millones necesitará el planeta entero para poner en marcha esos 23,000 millones de toneladas de cobre que requiere para cubrir sus necesidades de descarbonización global, sostuvo Udd, y una muy buena parte de esa inversión podría asentarse en el Perú.
Competitividad y políticas estables
Sin embargo, esta gran oportunidad no puede tomarse como segura, pues se requiere de competitividad y políticas estables en el país para atraer y asegurar las inversiones, y a los socios adecuados para hacer que estas sean sostenible en el largo plazo para todos grupos de interés, especialmente el pueblo peruano.
La atracción por inversiones compite a una escala mundial y los mejores lugares para invertir no solo tienen la mejor calidad de recursos mineros, sino también cuentan con el soporte de comunidades locales, la sociedad, estabilidad fiscal y competitividad, dijo el alto ejecutivo de BHP. “Perú tiene un futuro brillante con las condiciones adecuadas”, resaltó.
Sobre el concepto de rentabilidad social puesto en agenda nacional por el nuevo Gobierno, el ejecutivo de BHP sostuvo que este tiene el potencial de crear un incentivo positivo para construir alianzas de largo plazo entre las compañías y el Estado.
Remarcó que las decisiones de inversión de BHP son tomadas sobre la base de una producción de largo plazo. “No solo consideramos los recursos en el suelo, sino la sostenibilidad de nuestras inversiones, alianzas con nuestros grupos de interés y la competitividad y la estabilidad política de las regiones en donde invertimos”, explicó.
Rag Udd subrayó que el desarrollo de una mina, desde los inicios de la exploración hasta producir su primer concentrado de cobre, toma en la actualidad entre 15 y 20 años. Y por ello la competitividad de un país y la estabilidad de sus políticas fiscales son ingredientes clave para el éxito de los proyectos mineros. “La competitividad y la estabilidad de las políticas fiscales no pueden ser subestimadas”, remarcó Udd.
Perú un gran jugador
Para BHP, Perú es actualmente un gran jugador en cobre y está en una buena posición para convertirse en el gran proveedor del metal rojo, el commodity del futuro, esencial para afrontar el desafío climático y alimentar la industria de las energías renovables.
Mientras la demanda de cobre de 2005 a 2015 estuvo dominada por la economía de China, ahora será el mundo entero el que demandará más del metal rojo porque el cobre es ahora esencial para todo el mundo y ya no depende de un solo país, agregó Rag Udd.
Por lo tanto, esta situación pone al Perú en el centro de esta megatendencia de descarbonización mundial, electrificación y energías renovables, finalizó.
En el Perú, BHP es accionista de Antamina, una de las productoras de cobre y zinc más importantes de Latinoamérica y además avanza con trabajos de exploración en regiones como Ayacucho, Áncash y Huánuco. En Chile, BHP opera las minas Escondida y Spence, y utiliza plantas desaladoras para suministrarse agua y ha anunciado que utilizará solo energía proveniente de fuentes renovables en sus minas. Unos 80,000 empleados tiene BHP en el mundo y, en 2016, la compañía se propuso alcanzar un balance entre hombres y mujeres para 2025.