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Economía

Secretaria de Economía de México niega que la reforma judicial haya paralizado inversiones extranjeras

No hay pausa en las inversiones ni cancelación por la Reforma Judicial, afirma Raquel Buenrostro Sánchez, secretaria de Economía de México. “Sí tenemos que en el sector automotriz hay pausas, pero están relacionadas con los anuncios de Trump de que no se permitiría la entrada de autos eléctricos con contenido chino. Paradójicamente, se trata de Ford y General Motors, empresas de Estados Unidos que tienen muchas partes que vienen de China”.

La secretaria Buenrostro habla con el diario local El Economista y hace un balance de los temas pendientes, “las controversias en maíz transgénico y energía están muy cerca de resolverse. Esto ocurrirá antes de que termine 2024, muy probablemente”.

Reconoce que hay un subregistro de la inversión china en México y explica que será necesaria la coordinación con los gobiernos estatales para corregir el asunto, “hay despachos que se ocupan de registrar como mexicanas, algunas inversiones que son chinas”.

En política industrial, subraya la importancia de incorporar a México en la cadena global de manufactura de chips semiconductores, que está en proceso de redefinición. “Hemos avanzado mucho con Estados Unidos, pero necesitamos que ellos flexibilicen la forma en que funcionan los estímulos que podrían aplicarse a proyectos en México. Tal y como están, son US$ 500 millones, con máximos anuales de US$ 100 millones”.

Raquel Buenrostro Sánchez entró a Economía en octubre de 2022 y a partir de la próxima semana estará a cargo de la Secretaría de la Función Pública, “dejamos el diagnóstico con todo y mapa de lo que debe ser la política industrial. Es un tema que le importa mucho a la doctora Sheinbaum”.

Los anuncios de inversión de empresas internacionales en México no han registrado retrocesos por la aprobación y entrada en vigor de la reforma al poder Judicial; lo que han ocurrido, ha sido una que otra pausa, ante la intención del candidato presidencial estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles a los autos que se producen en México, en caso de ganar la elección, por la guerra comercial que hay entre Estados Unidos y China.

Eso es lo que está deteniendo un poco las inversiones automotrices, no todas, estamos hablando particularmente de un par de empresas. Paradójicamente, actualmente las armadoras de automóviles que tienen más proveeduría china son Ford y General Motors. Muchas más, como las europeas, japonesas y coreanas, no dependen tanto en proveeduría de China y están manteniendo sus ritmos de crecimiento. En todo lo demás, nosotros no hemos visto ninguna disminución; incluso seguimos teniendo reuniones todas las semanas; nos siguen informando de compromisos de inversión.

Podemos decir que es en el sector privado nacional donde hay más inquietud respecto de la entrada en vigor de la reforma judicial, pero ello se debe a una mezcla de incertidumbre, porque no se conoce bien la reforma, pero también hay cuestiones de carácter ideológico. Les hemos dicho que esperen a ver las leyes secundarias.

Estados Unidos había planteado que sería hasta 2027 cuando impondría aranceles al acero, pero lo adelantó para 2024. Esto tuvo algunas afectaciones, de las cuales las más importante son para Ternium, que tiene en proceso una inversión de US$ 3.500 millones para ampliar una de sus plantas en México. La salida al problema es buscar de parte de Estados Unidos una excepción a la proveeduría que viene de Brasil.

El tema lo está tratando la Secretaría de Relaciones Exteriores con la Casa Blanca, lo cual se ha visto afectado por el proceso electoral en marcha en Estados Unidos. Ternium está haciendo sus propias gestiones. Esperamos que el tema se resuelva un poco después de las elecciones presidenciales de noviembre próximo.

Hay que tener en cuenta que Estados Unidos impuso un arancel bajo la sección 232, de un 25% sobre el acero y los artículos derivados importados de México, si dicho acero se funde y vierte en un país que no sea de Norteamérica.

México emitió decretos sobre aranceles para cuidar todas las importaciones que se hagan mediante comercio desleal identificando con anticipación todo lo que llega al país con precios desleales y subvenciones para aplicarles arancel.

Se ha detectado que hay un subregistro de inversión china a través de empresas mexicanas que sirven de fachada a inversiones chinas. Hemos identificado a algunos despachos que realizan ese tipo de acciones.

Nuestra respuesta es reforzar el trabajo con las autoridades estatales para identificar dónde y cómo operan. Lo que queda pendiente en esta asignatura es una mayor articulación con los gobiernos de los estados. Hay veces, a nivel local es más fácil saber cuándo y cómo se está habiendo esa simulación.

Es muy seria la apuesta por convertir a México en un país relevante en el mapa mundial semiconductores. En los próximos años, el sector puede ser para México algo parecido a lo que ha sido la industria automotriz. Generaría desarrollo regional y empleos muy bien pagados.

La doctora Sheinbaum la ha colocado como un sector estratégico y una parte sustancial de su proyecto económico. Hemos avanzado en las negociaciones con las autoridades de Estados Unidos para que nos consideren en sus planes para acercar la cadena de valor de los semiconductores, que ahora está concentrada en Asia.

Los estadounidenses querían concentrar la cadena de valor en su territorio, pero se dieron cuenta que tenían políticas contradictorias que impiden lograr eso. Concretamente, sus disposiciones migratorias les impiden contar con el suficiente personal para hacer frente a las inversiones requeridas.

Ante esa situación México les planteó colaborar, lo cual implicó convencerlos de que no hay problemas relacionados con su seguridad nacional si ambos países se distribuyen la cadena de valor. Lo que se propuso fue que la fabricación, que implica la parte sustantiva y de tecnología de punta de los microchips, se la quedaran ellos y el resto se hiciera en México.

Eso requirió demostrar las capacidades que tiene México en mano de obra altamente calificada. Acreditar desde cuántos ingenieros tenemos y en dónde se encuentran, así como los profesionales de áreas de ciencias, tecnologías, ingeniería y matemáticas y sus niveles de capacidad. La gente de Intel que trabaja en México ha sido un aliado invaluable.

Ellos ya hacen chips a nivel de diseño y desarrollo y han participado en las conversaciones explicando las capacidades que se tienen en México. Aquí hay centros de investigación y recursos humanos de alto nivel.

En noviembre pasado Estados Unidos se manifestó en favor de la iniciativa y ahora se están generando las condiciones para establecer la cadena de valor, incluyendo la fabricación de legados tecnológicos, que son los semiconductores que se usan, por ejemplo, en refrigeradores que son de los primeros que aparecieron en el mercado.

Por su parte, México identificó que habría que generar incentivos fiscales con el fin de atraer inversiones. La Secretaría de Hacienda está trabajando en los esquemas de incentivos del lado mexicano y en Estados Unidos hay un tema que les corresponde revisar. Tal y como están las cosas, hay un máximo de estímulos que podrían llegar a México. Son US$ 500 millones, con un máximo de US$ 100 millones por año. Es un monto pequeño si consideramos que en cada proyecto se trata de inversiones de miles de millones de dólares.

Actualmente, hay al menos 14 solicitudes de proyectos mexicanos para acceder a fondos estadounidenses para el desarrollo de estos implementos. Algunos son del sector privado, e incluso, en algunos está involucrado en Conahcyt vía Centros Públicos de Investigación.

Para resolver la controversia en materia de energía (que fue planteada por Estados Unidos en julio de 2022), hemos redactado un memorándum de entendimiento, en el que se sintetiza mucho del trabajo que hemos hecho. Se transparentó el proceso, los tiempos y se diseñó un sistema que le da claridad y conocimiento al inversionista sobre en qué etapa van sus trámites relacionados con energía, con el fin de que no sientan que hay un trato desigual. Hubo mucho trabajo transversal de la Secretaría de Economía hacia otras áreas de gobierno que permitieron desescalar temas que causaban fricción con Estados Unidos.

En el memorándum de entendimiento, que ya fue firmado por México y se espera que en las próximas semanas sea firmado por Estados Unidos se exponen las preocupaciones y las propuestas para desescalar las controversias. Uno de los temas más preocupantes que quedaban pendientes era el relacionado con la Ley de la Industria Eléctrica, sin embargo, con la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que declaró algunos artículos inconstitucionales, entonces se terminó la litis planteadas en la consulta.

Estados Unidos planteó que había un daño para sus productores porque se estaba obstaculizando el comercio; sin embargo, este argumento es muy fácil de desacreditar, pues, a pesar del decreto en cuestión, las importaciones mexicanas de maíz transgénico de Estados Unidos han sido crecientes. Entonces no puede haber alegato de daño.

La otra cuestión tiene que ver con la posición de México de no permitir que se siembre aquí maíz transgénico, porque México es el lugar de origen de 57 de alrededor de 60 razas de ese grano. Dentro del propio T-MEC, México tiene obligaciones relacionadas con medio ambiente, entre ellas preservar especies que están en peligro.

Esperamos que haya una resolución antes de que concluya el 2024 (la notificación por parte de Estados Unidos fue en agosto de 2023). Hay muchas posibilidades de que haya un empate o se obtenga una resolución del panel en favor de México. Lo peor que puede pasar es que nos digan que modifiquemos el decreto. Lo que sí es que no hay daño económico.

Identificamos y mapeamos sectores estratégicos para el desarrollo económico del país. Estos son semiconductores eléctricos y electrónicos; agroindustria, dispositivos médicos y farmacéuticos y electromovilidad. Esta era una primera lista, a la que la doctora Sheinbaum, decidió incorporar minería, química y petroquímica, con el objetivo de aprovechar desde la base las cadenas de valor.

Además, estamos agrupando las que tienen que ver con las tecnologías e innovación, en sectores como aeroespacial, aeronáutica y la petroquímica, lo cual permitirá avanzar en la transición energética.

Después de hacer la identificación y mapeo, tratamos de definir los incentivos y políticas públicas que promovieran y los fomentaran. Integramos grupos de trabajo que se han puesto a consideración de la próxima administración federal.

Por experiencia sabemos que una vez que se identifican los sectores estratégicos y se comienza a trabajar en su fomento, pasan alrededor de dos a tres años para que se comiencen a materializar las inversiones. Un ejemplo de eso es la entrada en operación de los centros de datos en Querétaro y las plantas de Stellantis de Toluca y Coahuila, que están a punto se ser inauguradas.

Lo que se requiere es reacomodar los incentivos fiscales y de otro tipo que se han dado. Todo se ha hecho en función a ser competitivos en la parte final de la cadena de producción, que es el ensamblaje del producto. El resultado es que hemos incrementado mucho las exportaciones, pero no hemos podido subir el porcentaje de contenido nacional.

Lo que pretendemos es incidir en las otras etapas de la cadena de valor que van antes del ensamblaje. Colocar ahí los incentivos para incrementar el contenido nacional en los productos y servicios. Esto nos permitiría incrementar el empleo y la proveeduría nacional. A Estados Unidos le conviene que haya más contenido mexicano en nuestras exportaciones. Es algo que nos lo hace saber en las conversaciones binacionales.

Es indispensable desplegar una política de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), pues siete de cada 10 empleos son generados por ellas. Desde el Gobierno Federal vemos que uno de los mayores retos es la articulación del diálogo entre las grandes empresas y las mipymes; entre los proyectos de gobierno y el sector privado y la visión de qué tipo de inversiones llegan al país que podrían beneficiar a las mipymes en función de sus habilidades y capacidades.

Queda pendiente resolver el tema del financiamiento. Es un tema que ha encargado la próxima presidenta al secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O. El objetivo es generar un instrumento de financiamiento ágil acorde a las necesidades de esas empresas. El secretario anunció una bolsa de 70.000 millones de pesos (US$ 3.603 millones) para ese propósito, aunque se trabaja en una estrategia de simplificación para la parte de gestión y acceso a los recursos. Algo que no sea tan complicado.

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