La encuesta realizada por el Instituto de la Empresa Familiar (IEF) ha revelado que únicamente el 3% de las empresas familiares encuestadas afirma haberse beneficiado de los fondos Next Generation EU a través de los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (Pertes). De hecho, más de la mitad de estas empresas (55%) asegura que no ha recurrido a los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, mientras que el 23% señala que la ayuda recibida ha sido mínima, sin tener un impacto relevante en sus balances.
Las pymes representan el 99% del total de empresas, generan dos tercios del PIB y emplean al 66% de los trabajadores, según afirmó recientemente el presidente del gobierno Pedro Sánchez en el evento “Transformando las Pymes con el Plan de Recuperación”, celebrado en la Escuela de Organización Industrial (EOI), quienlas decribió tabién como las “células madre” del tejido productivo español.
Además, resaltó el impacto de los Fondos Next Generation EU en estas empresas, señalando que han recibido dos de cada cinco euros de las convocatorias ya resueltas y que una de cada cinco pymes ha accedido a estos fondos. Según el presidente, esta inyección económica ha permitido a las pymes mejorar en exportación, digitalización y creación de empleo en sectores de alto valor añadido. No obstante, las empresas familiares alertan que ellas no se están benificiando de estos recursos.
En cuanto a la valoración de la situación económica actual, las empresas familiares otorgan una calificación de 5,55 puntos sobre una escala de 0 a 9. En el corto y mediano plazo, el 59% de los encuestados espera que la economía registre un crecimiento “moderado”, con una “limitada” creación neta de empleo. Por otro lado, el 38% anticipa un crecimiento “frágil”, sin generar nuevos puestos de trabajo. Tan solo un 3% de las empresas prevé un escenario de expansión rápida de la actividad, acompañado de una “intensa” creación de empleo neto.
Las compañías familiares identifican los cambios regulatorios como el principal riesgo para la competitividad económica del país, seguidos de la dificultad para encontrar profesionales cualificados y los riesgos geopolíticos. En cuanto a los desafíos de modernización, destacan la captación y retención de talento, la digitalización, la implementación de inteligencia artificial y la innovación en el desarrollo de nuevos productos como los principales objetivos a alcanzar en el futuro próximo.
También la encuesta señala que casi el 60% de las empresas familiares requiere que sus empleados tengan una cualificación “media”, mientras que un 35% precisa que la mayoría de su plantilla cuente con una formación “alta” para enfrentar los desafíos competitivos y tecnológicos actuales.
En cuanto al empleo, la situación también refleja un panorama relativamente optimista. El 48% de las organizaciones prevé mantener su plantilla, pero lo más llamativo es que el 42% estima que aumentará su número de empleados en 2024. Por otro lado, una minoría del 10% anticipa una reducción en su plantilla, lo que deja entrever que, a pesar de los desafíos, la mayoría de las empresas se mantiene con expectativas de crecimiento, aunque con cautela ante las posibles adversidades.