La tasa de inflación interanual de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se desaceleró el pasado mes de agosto hasta el 4,7% desde el 5,4% de julio, en gran parte, por la caída de más de diez puntos registrada en Turquía, que aun así se quedó por encima del 50%.
Según los datos publicados por el ‘think tank’ de las economías avanzadas, de excluirse Turquía, el avance de precios habría sido más contenido al pasar del 3% de julio al 2,7% de agosto. Así, la inflación general disminuyó en 24 de los 38 países de la OCDE, creció en nueve y permaneció mayormente estable o sin cambios en cinco.
El menor alza de los precios se explica por el retroceso del 0,1% en el coste de la energía frente al repunte previo del 3,3% interanual. De su lado, el encarecimiento de los alimentos se ralentizó.
De este modo, la tasa de inflación subyacente de la OCDE, que excluye el impacto de la energía y de los alimentos frescos, se situó en el octavo mes del año en el 5,2%, tres décimas menos que la lectura anterior.
En el grupo de países del G7, el club de las naciones occidentales más industrializadas, la inflación se contuvo al 2,4% en agosto, tres décimas menos, mientras que en el G20, esta cayó medio punto, hasta el 6,3%.