La mayoría de los acuerdos firmados en las mesas de negociación colectiva del sector privado de Uruguay tienen incorporados correctivos por inflación que están programados para activarse el 1° de julio y hacerse efectivos en las remuneraciones que se cobran en agosto.
En esta oportunidad la baja de la inflación en el último año móvil ha determinado una situación casi que excepcional: esos correctivos son negativos, tal como anticipó El Observador a mitad de junio.
Esto como resultado que los últimos dos aumentos realizados por inflación proyectada (en julio de 2023 y enero de 2024) según las pautas del Poder Ejecutivo, se ubicaron por encima de la inflación real.
Un ejemplo con números. El ajuste salarial acumulado fue de 7,22% en el año móvil cerrado a junio de 2024, y la inflación registrada en el mismo período fue de 4,96%. Esa diferencia da un correctivo negativo de 2,11%.
El mapa de los acuerdos vigentes en más de 180 mesas plantea diferentes situaciones. Hay convenios colectivos que tienen cláusulas con correctivos solamente “en más”, por ejemplo en servicios logísticos, entre otros.
Esto implica que la diferencia queda como crecimiento real adicional, y desde julio aplica el ajuste por inflación proyectada para el segundo semestre de año, en ese caso de 1,3%. A priori no se plantea ningún problema.
Y también hay convenios donde la redacción de la cláusula aclara específicamente que los correctivos salariales anuales se aplicarán “en más” o “en menos”.
Y acuerdos donde la letra chica no hace mención alguna a esto, pero que se interpreta que si en la cláusula no dice nada específico, este corrige tanto para arriba como para abajo.
Es el caso, por ejemplo, de los convenios de trabajadores rurales. Pero también se dan situaciones similares en subgrupos de la industria manufacturera, comercio, servicios e intermediación financiera entre otros sectores de actividad, que cuando negociaron siguieron los lineamientos oficiales.
Las diferencias que se están planteando entre el gobierno y algunos sindicatos a la hora de hacer los cálculos están determinadas por cómo debería aplicarse el correctivo de -2,11%. Esto tomando en cuenta que el ajuste salarial que corresponde para el semestre por inflación proyectada es de 1,3%.
Si el correctivo con signo negativo se aplica en su totalidad con el ajuste de julio, matemáticamente el ajuste salarial daría un resultado inferior a cero, lo que no es aplicable porque implicaría una disminución nominal del salario.
El Poder Ejecutivo uruguayo planteó la semana pasada en el Consejo Superior Tripartito que en estos casos se debería descontar 1,3% ahora, y el resto en enero de 2025, dijeron a El Observador fuentes sindicales.
Eso no es aceptado por parte de los sindicatos nucleados en la Confederación de Sindicatos Industriales. Se considera que las cláusulas ya están establecidas, y que seguir descontando en el ajuste de enero de 2025 implica “cambiar las reglas de juego” sobre la marcha, respecto a lo ya dispuesto anteriormente.
Uno de los sectores donde se ha presentado ese tipo de situaciones es en subgrupos de la industria metalúrgica, donde hay acuerdos que se habían dado con el voto de gobierno y empleadores.
El dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores del Metal y Ramas Afines (Untmra), Danilo Dárdano, considera que “no se debe permitir” que se siga descontando en más de un ajuste, porque eso “no está en ningún lado”. Añadió que eso “nunca se hizo” y que asesores jurídicos han indicado que es “ilegal”.
A modo de ejemplo, Dardano señaló que en los tres años de pandemia alguien que percibía $ 40 mil (US$ 981) mensuales perdió unos $ 50.000 (US$ 1.226), y sobre esa misma base, en esta oportunidad estaría ganando unos $ 9.000 (US$ 220,7).
“Si nos van a sacar esto, que devuelvan los $ 50 mil que perdimos en la pandemia. No hablamos de índices, hablamos de pérdida real en los bolsillos de los trabajadores”, expresó el dirigente a El Observador.
El planteo sindical pasa porque la diferencia quede como crecimiento real de salario y no se descuente, aunque se reconoce como algo “difícil” de poder concretar.
En tanto, fuentes del sector empleador indicaron a El Observador que “no se trata que alguien vaya a bajar un salario, sino que no va a aumentar si ya lo hizo de más desde el semestre anterior”.
En otros subgrupos, por ejemplo del sector financiero estaría encaminado que el correctivo negativo se aplique una parte ahora y el saldo restante en enero del año próximo, según dijo a El Observador el presidente del Consejo del Sector Financiero Privado de Aebu, Juan Fernández.
De todas formas, apuntó que se sigue de cerca el planteo de los sindicatos industriales, para llegado el caso “revisar” la posición.
Por otro lado, el presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala, expresó que los correctivos son una salvaguarda del salario real y solamente deben operar a favor de este.
“Lo que preocupa es que cuando hay que ajustar a la baja hay mecanismos sumamente ágiles, pero cuando se deteriora el poder de compra del salario real cuesta enormemente recuperarlo”, afirmó en declaraciones a El Popular.
El tema estará sobre la mesa en la mesa representativa de la central sindical el próximo 8 de agosto.
Otras fuentes consultadas indicaron que los resultados que pueda obtener cada subgrupo dependerán en buena medida de su poder de negociación. Por lo pronto, los sindicatos industriales tendrán la semana entrante una reunión extraordinaria donde se analizará la situación y los pasos a dar.