Por segunda vez en las últimas dos semanas la cotización de la soja se desplomó en la Bolsa de Chicago, perdió casi US$ 15 en un día en la primera posición y US$ 9 en los contratos para julio 2025, con bajas pronunciadas también en trigo, lo que genera inquietud en el sector agrícola.
El precio spot volvió a perforar la línea de los US$ 400 por tonelada, este viernes se fue hasta los US$ 395 por tonelada, el valor más bajo desde principios de octubre de 2020.
Con esta referencia los contratos en Uruguay caen por debajo de los US$ 380 por tonelada de soja cuando quedan cientos de miles de toneladas de la última zafra sin fijar precio, mientras que las cotizaciones de la soja de la próxima cosecha no llegan a US$ 350 por tonelada, un precio que resta estímulos para la siembra.
A la sensación dominante de un mercado bien abastecido se sumaron este viernes nuevos pronósticos de lluvias en Estados Unidos que mejoran la condición de los cultivos, lo que hizo perder el saldo semanal positivo que traía el grano.
El mercado climático estadounidense es la principal variable que influye en los precios de la soja hoy, junto con la competitividad de las exportaciones brasileñas que continúan a buen ritmo y respaldadas por una nueva suba del dólar frente al real.
El ajuste en el precio del petróleo se suma a los factores bajistas.
Las pérdidas del viernes también alcanzaron mínimos de casi cuatro años, desde septiembre de 2020, con una cotización de US$ 201,52 en la posición diciembre que representa una caída de 3,5% respecto a la semana anterior.
Los precios en Uruguay apenas se sostenían sobre los US$ 200 para el trigo y la cebada cervecera el viernes al mediodía.
Estados Unidos ya estimaba que obtendría una gran cosecha de trigo, y los últimos datos de rindes resultan aún más bajistas para el mercado: una gira de cultivos estadounidense informó rendimientos récord en Dakota del Norte de 3.665 kilos por hectárea, 15% superiores a los de 2023. Además, los precios baratos del trigo ofrecido por los exportadores de la región del Mar Negro sumaron presión al mercado, junto a las previsiones al alza de la producción de Rusia en 2024/25, elevada esta semana a casi 85 millones de toneladas.
Las proyecciones a la baja para la producción en la Unión Europea impidieron bajas aún
mayores, así como la progresión de la cosecha actual, 25 puntos porcentuales por detrás del
avance promedio para la época.
En Argentina la siembra de trigo alcanzó esta semana el 98,5% de los 6,3 millones de hectáreas estimados por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y la cebada avanzó hasta el 97,4% de los 1,3 millones de hectáreas para la campaña 2024/25.
El maíz perdió el viernes casi todo lo que había ganado durante la semana con una caída de casi US$ 5 en la primera posición que llevó el precio US$ 155 por tonelada, aun 1% por encima del cierre de la semana anterior.
La baja del petróleo esta semana y la comercialización de la cosecha brasileña presionan a la baja, así como el muy buen estado de los cultivos en Estados Unidos.
Las lluvias anunciadas permitirían entrar a agosto con menor riesgo ante las altas temperaturas, y las nuevas estimaciones ven rendimientos potencialmente al alza.
En la posición mayo 2025 la cotización cayó en la misma proporción hasta US$ 171 la tonelada, aun por encima de los mínimos de las últimas semanas. En Argentina la primera estimación de área de maíz proyecta una caída del 23% en el total nacional, según la encuesta Crea, lo que representa alrededor de 1,65 millones de hectáreas menos que el año anterior y un riesgo para las cadenas dependientes del grano y para las rotaciones.
Los precios de la colza enfrentaron una presión a la baja a pesar de que la Comisión Europea redujo su pronóstico para la producción de colza de la Unión Europea en 2024/25 desde 18,8 a 18,4 millones de toneladas.
La reducción de los precios de los aceites y la influencia de la baja del crudo influyeron para reducir la cotización febrero 2025 en el mercado europeo a US$ 532 y menos de US$ 480 por tonelada en el mercado local.
Los actores del sector agrícola local, con la campaña de invierno activada y tras una zafra de verano extendida por adversidades climáticas, pone la mira en los valores de los mercados ya con el foco en cómo se hará la siembra de 2024/2025.
