El precio del crudo se puede disparar con la expansión de la guerra de Israel contra Irán, más que con sus cuatro fronteras conocidas, además del hasta ahora muy simbólico ingreso de la guerrilla de los hutíes de Ansarolá, de Yemen.
La “guerra regional” de Israel, dotada entre 80 y 400 bombas nucleares clandestinas, contra un Irán carente de bombas nucleares incendiaría a los países que se encuentran en el condensado triángulo marítimo del mar Mediterráneo Oriental, el mar Rojo y el Golfo Pérsico.
La guerra de Israel contra Irán es la obsesión de los neoconservadores straussianos de Estados Unidos, en su mayoría jázaros, y del propio Netanyahu.
En realidad, Washington cuenta con pletóricas bases navales, aéreas y terrestres del lado occidental del Golfo Pérsico que tienen en jaque el extenso lado oriental de Irán.
Se corre el riesgo del cierre del super estratégico estrecho de Ormuz, donde atraviesa la quinta parte del flujo del petróleo global, sin contar el concomitante cierre del también súper estratégico estrecho de Bab el-Mandeb (Puerta de las Lágrimas), donde podría participar más efectivamente la guerrilla de los hutíes de Ansarolá de Yemen.