La presidenta de la Comunidad de Madrid ha comparado los movimientos indígenas con el comunismo y ha afirmado que la hispanidad solo llevó “libertad, paz y prosperidad” al continente
Isabel Díaz Ayuso ha calificado el indigenismo como un “nuevo comunismo” que amenaza con crear una falsa historia de lo ocurrido en el pasado y con dinamitar “el legado español en América”, según acaba de defender en Nueva York. Sin una sola mención a los millones de personas que murieron tras la conquista española del continente, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha reducido este movimiento —o pluralidad de movimientos—, que reivindica la identidad política y social de las comunidades indígenas y y mestizas en América, a una “revolución populista” que pone en entredicho “el mestizaje y la fusión de culturas”, sinónimos, a su juicio, de “libertad, prosperidad, paz y entendimiento”. Y lo ha dicho en un país donde no solo los indios sufrieron una catástrofe en el pasado, sino que siguen sometidos a marginación y viven en condiciones deplorables, tal y como se ha visto durante la pandemia de coronavirus.
En la misma semana en la que el Papa ha reiterado sus disculpas a México por los “errores muy dolorosos” cometidos por la Iglesia católica, Ayuso ha realizado una defensa a ultranza de la hispanidad y ha reprochado a Francisco, católico e hispanohablante, que se manifieste en tales términos. “Sus declaraciones constatan su ignorancia y su visión completamente dogmática de la historia, cuando la historia tiene muchas luces y sombras y se pueden tener opiniones muy variadas sobre el legado de España en América”, explica en conversación telefónica el historiador y filósofo José Luis Villacañas, autor entre otras muchas obras de Imperiofilia y el populismo nacional-católico (Editorial Lengua de Trapo).
“Ayuso tiene un problema de sensibilidad democrática y unas ideas que rozan el fanatismo, ya que impone una determinada idea de libertad, la suya, en la que lo español y lo católico” no pueden ser cuestionados, un discurso que, según Villacañas, bebe de ensayistas como María Elvira Roca Barea, autora de Imperiofobia y leyenda negra. “Al no estar en condiciones de reconocer lo que hizo España en el pasado, Ayuso puede llegar a repetirlo”.
Estos son algunos pasajes que Ayuso ha deslizado durante su viaje a Estados Unidos:
1. “El legado español fue llevar el catolicismo al continente americano”
Además del catolicismo y de la lengua castellana, la conquista llevó a América enfermedades, conflictos bélicos y esclavitud. Aunque es imposible contabilizar el número de indios muertos en América como consecuencia de la conquista, en lo que muchos historiadores han denominado “el holocausto indígena”, diversos investigadores consideran que aproximadamente ocho millones de personas murieron solo durante los primeros años de la conquista española de América.
Un estudio publicado en 2019 en la Quaternary Science Reviews estima que antes de que Cristóbal Colón arribara a América en 1492, vivían en el continente 60,5 millones de personas. “Las epidemias europeas mataron al 90% de la población a lo largo del siguiente siglo”, calcula la investigación. De acuerdo con sus cálculos, hacia 1600 habían muerto unos “56 millones de nativos americanos”.
2. “España llevó la libertad” a América
Aunque existían prácticas esclavistas documentadas en América anteriores a 1492, el descubrimiento del continente no vino acompañado de libertad para sus habitantes. España no firmó hasta 1817 un tratado por el cual se prohibió el tráfico esclavista, aunque no la esclavitud en sí misma. Según el historiador Martín Rodrigo y Alharilla, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, “la institución de la esclavitud en la España peninsular fue plenamente legal, al menos, hasta 1837; en la española isla de Cuba, el comercio ilegal de africanos esclavizados se mantuvo hasta 1867 y la primera ley de vientres libres no se aprobó hasta 1870″. De hecho, España fue el “último país europeo en ilegalizar la esclavitud en sus colonias americanas, manteniendo su vigencia hasta 1873, en el caso de Puerto Rico, y hasta 1886, en el caso de Cuba”, según escribe en un artículo publicado este año en la revista Historia Contemporánea.
3. “El indigenismo es el nuevo comunismo”
Isabel Díaz Ayuso hace referencia al indigenismo otorgándole otro significado. Esto es, tratando de equiparar, sin matices, una serie de reivindicaciones históricas de los pueblos originarios de América con proyectos políticos que generalmente se desarrollaron al margen de esas urgencias. La presidenta de la Comunidad de Madrid habla de indigenismo para después emplear palabras como revolución o populismo, que en el contexto latinoamericano remiten al imaginario del llamado socialismo del siglo XXI. Sin embargo, varios de los Gobiernos autodenominados bolivarianos, por ejemplo, el de Rafael Correa en Ecuador o el de Nicolás Maduro en Venezuela, han tenido importantes focos de oposición en las comunidades indígenas. El expresidente boliviano Evo Morales, en cambio, dio presencia social y política a cientos de miles de personas después de siglos de abusos y segregación, un logro indiscutible que va más allá de las posiciones ideológicas y que ha sido reconocido incluso por varios de sus adversarios.
El primer Congreso Indigenista Interamericano se celebró en México en 1940, en la recta final del mandato de Lázaro Cárdenas, uno de los referentes del actual presidente, Andrés Manuel López Obrador. Ocurrió en la localidad d,e Pátzcuaro, en el Estado de Michoacán. La principal “recomendación” a los gobernantes que se acordó en ese cónclave tenía que ver con el reparto de tierras y el apoyo económico de las autoridades. En la segunda mitad del siglo XX se mantuvo ese consenso, al menos sobre el papel, bajo Gobiernos de distintos colores a lo largo del continente. No obstante, en la práctica, en la mayoría de los casos se perpetuaron las injusticias y las condiciones de inseguridad. Un ejemplo reciente es el asesinato de cinco miembros del pueblo yaqui, que habita el desierto de Sonora en el norte de México, a manos del crimen organizado. López Obrador, que ha hecho de la memoria histórica un eje de su proyecto político, viajó el martes a ese territorio para escenificar el perdón del Estado. Se disculpó por “las guerras de exterminio” y prometió una inversión de más de 500 millones de dólares. No mencionó, sin embargo, la violencia del narcotráfico que azota a esas comunidades.
4. “A través del catolicismo, España llevó la civilización a América”
El papa Francisco ha reconocido esta misma semana en una carta enviada al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, los “muy dolorosos errores” cometidos en el pasado por la Iglesia católica. “No comprender que el Papa, por ser católico y hablar español, pueda pedir perdón, es tener una idea dogmática de lo que es ser católico y hablar español, como si por el hecho de ser católico y hablar español tuviéramos que ser defensores de lo que hicieron España y la Iglesia católica en América”, afirma José Luis Villacañas.
5. “Lo mucho y bueno conseguido por tantas administraciones caminando juntas después de cinco siglos de esta hispanidad”
Ayuso confunde el concepto actual de administraciones, entendidas como gobiernos nacionales o regionales, con la estructura de poder que España desplegó en los territorios conquistados en América, entre 1492 y 1898, donde solo existía una administración, la del imperio español.