Gran parte de los fondos se dedicarán al Departamento de Defensa (el Pentágono) para la compra de más barcos y aviones de guerra con el fin de reorganizar el poder militar de Estados Unidos ante China.
El enorme precio del proyecto ha provocado duras críticas en el país norteamericano que sufre serios problemas domésticos como la pobreza y el desempleo.
EE.UU. que ya ha perdido su influencia tanto en la región de Asia Occidental como en todo el mundo, está inquieto por el avance de capacidad de combate del gigante asiático, y sigue acusando a Pekín de desarrollar su potencia militar contra otros países.
El principal jefe militar de EE.UU. emprendió acciones secretas para evitar que Donald Trump emprendiera una guerra contra China, según revela un nuevo libro.
Sin embargo, las autoridades chinas rechazan tal afirmación de Washington, y aseguran que sus equipamientos militares no se consideran amenaza hacia países terceros y que solo se utilizarán para defenderse en caso de que algún Estado ponga en peligro la soberanía nacional.