Ratzinger, papa entre 2005 y 2013, cuando renunció voluntariamente a su ministerio, es velado privadamente en ese monasterio a la espera de que mañana se abra su capilla ardiente en la basílica de San Pedro y el jueves tenga lugar su funeral, que será presidido por Francisco en la plaza de San Pedro y será solemne pero “sobrio” por expresa voluntad del fallecido.
Tras su muerte se desconocía qué protocolo se seguiría, pues el papa alemán fue el único en renunciar en seis siglos de historia, pero poco a poco se va aclarando como transcurrirá el ritual funerario. Queda por saber los detalles de los rituales de esta semana, aunque no se prevé que el cuerpo de Ratzinger sea llevado en procesión por la plaza de San Pedro, según indicó hoy el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni.
Las primeras imágenes de Benedicto XVI difundidas este domingo por la Santa Sede le muestran yacente en una sala del monasterio, acostado sobre dos cojines, bajo un gran crucifijo y junto a un cirio encendido, un árbol de Navidad y un Portal de Belén. Viste los paramentos pontificales: la sotana blanca y la casulla roja, en sus manos tiene un rosario y sobre su cabeza la mitra.
Sin embargo, en estas fotografías no lleva el palio, la estola de lana blanca con cruces negras símbolo litúrgico de jurisdicción. Su antecesor, Juan Pablo II, sí que lo llevó en su capilla ardiente en 2005. El palio, junto al llamado Anillo del Pescador, simboliza el poder pontificio y son recibidos en la misa de inicio del magisterio por los papas tras su elección. (efe)