Trabajadores de diferentes colectivos paralizaron el martes sus labores para participar en las manifestaciones realizadas en París, la capital de Francia, y otras ciudades del país. La Policía se personó en puntos neurálgicos para dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos, informa el noticiero local France 24.
Según la fuente, la mayoría de los trenes se paralizaron y la producción de energía en todo el país europeo disminuyó durante las acciones de protesta.
Asimismo, se bloquearon las entregas de combustible de todas las refinerías francesas. La Confederación General del Trabajo (CGT) anunció a través de Twitter que hay ocho refinerías en Francia y los huelguistas bloquearon las salidas de todas ellas.
Los principales sindicatos hicieron la convocatoria con la promesa de “paralizar el país”, si el presidente francés, Emmanuel Macron, no abandona su proyecto de reforma.
“El presidente no puede quedarse sordo”, aseguró el lunes el líder de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT) a La Radio Internacional de Francia (RFI), agregando que “hay un gran movimiento social […] y necesitará una respuesta política”.
El martes, marcó el sexto día de huelgas desde mediados de enero, y los sindicatos avisaron que sería la jornada más multitudinaria hasta la fecha. La Policía esperaba que entre 1,1 y 1,4 millones de personas salieran a las calles en más de 260 puntos del país.
La polémica enmienda, de convertirse en la ley, retrasará la edad de jubilación de 62 a 64 años en 2030, y extenderá el período de cotización, desde los 42 años a los 43 en 2027. Macron aprobó el 23 de enero en el Consejo de Ministros su reforma de pensiones, pese al amplio rechazo popular.