El huracán María Corina Machado se llevó por delante a los partidos opositores tradicionales en unas históricas elecciones primarias, que superaron todas las expectativas hasta agotar las papeletas en varios estados. El apoyo masivo a María Corina Machado alcanzó el 93,13% de votos, según en el primer boletín emitido por la Comisión Nacional de Primarias (CNP). En segundo lugar lo ocupaba el díscolo Carlos Prosperi, candidato socialdemócrata de Acción Democrática (AD), que ni siquiera alcanzaba el 5% de las estimaciones.
El resto de aspirantes, que abarcaba todo el espectro político, ni siquiera llegó al 1% de los sufragios.
“Esta gesta histórica no es el final, pero sí el principio del final. Hoy se han desatado fuerzas muy poderosas frente a los obstáculos y atropellos. Venezuela ha derribado todas las barreras con esta avalancha ciudadana”, recalcó Machado a su equipo, a sus seguidores y a la mayoría de los candidatos, que acudieron a felicitarla. La ya candidata unitaria de la oposición anunció la construcción de una gran alianza nacional con partidos, gremios y asociaciones para “derrotar a la tiranía”.
Un “movimiento social indetenible”, marcado por la “rebeldía” y el “desafío”, abierto incluso a antiguos seguidores chavistas decepcionados con el poder. “Estamos con los brazos abiertos”, añadió la gran triunfadora de unas primarias históricas.
Machado destacó la labor del CNP, que para totalizar el recuento necesitó activar un “mecanismo de contingencia”, ya que su servidor de Internet (de un ente público) fue bloqueado. Se trató de la última jugarreta de la revolución bolivariana, que además impuso el silencio informativo y la censura en canales de televisión y radio.
Las habituales estrategias chavistas no enturbiaron el triunfo aplastante de la candidata conservadora, verso suelto de la oposición durante más de una década, hace añicos el tablero electoral venezolano de cara a las presidenciales del año que viene, pese a que todos quienes la votaron saben que la revolución bolivariana está decidida a que no se dé el enfrentamiento directo con Nicolás Maduro. El número total de votantes, más de 2.300.000, supone otra gran victoria en la lucha contra la dictadura bolivariana.
El desafío de Machado y sus votantes no sólo va dirigido contra el “presidente pueblo” (las encuestas le otorgan más de 40% de ventaja frente a Maduro), también contra los partidos tradicionales, muy alejados hoy del sentir general de los venezolanos. El triunfo incontestable de la líder de Vente Venezuela, cuyo lema es “Hasta el final”, adelanta un nuevo equilibrio en la toma de decisiones internas, incluso una recomposición en la comisión negociadora con el gobierno bolivariano.
“Los venezolanos se congregaron para expresar su opinión con miras a unas elecciones presidenciales realmente libres, justas y competitivas, en donde Venezuela ejerza su derecho a expresarse por un futuro próspero”, felicitó la misión diplomática de EEUU para Venezuela.
Si hay un gran perdedor en esta jornada histórica, al margen de Nicolás Maduro, ese es Prosperi, abanderado de AD, único de los partidos tradicionales que se atrevió a enfrentar el huracán Machado. Prosperi, superado por los acontecimientos desde hace días, concretó su suicidio político al denunciar unas falsas irregularidades como si fuera cualquiera de los presentadores de las televisiones revolucionarias.
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“En democracia es importante saber ganar y saber perder”, resumió Omar Barboza, portavoz de la Plataforma Unitaria, que agrupa a los partidos tradicionales y los más pequeños de la oposición.
“Mañana amanecemos con una nueva y legitimada conducción política”, recalcó el exprisionero político Leopoldo López, líder de Voluntad Popular (VP), el único de los grandes partidos que abandonó la carrera de las primarias para sumarse al apoyo de Machado.