El primer paquete legislativo de Joe Biden es visto por los expertos fiscales como la mayor acción que ha tenido un gobierno para recortar impuestos en beneficio de los ciudadanos, en comparación con la ley de impuestos que el ex presidente Donald Trump firmó con en 2017.
El paquete de estímulo contempla cuatro disposiciones que reducen las facturas fiscales para 2021 en un promedio de $3,360 dólares, según el Centro de Política Fiscal. Los recortes de impuestos de Trump de 2017 sólo redujeron la factura de impuestos de las familias en promedio en $1,600 por año.
Además, hay una diferencia drástica entre quién se beneficia más del plan Biden y los recortes de impuestos de Trump. En el plan Biden, el 67% de los ahorros fiscales se destinará al 60% más bajo de los asalariados, familias con ingresos de aproximadamente $80,000 o menos.
Las personas que no pagan impuestos sobre la renta todavía se beneficiarán de algunas de las exenciones fiscales, porque son “reembolsables”, es decir, las personas que no pagan impuestos sobre la renta reciben el dinero como reembolso. El 20% superior de los asalariados obtendrá recortes de impuestos menores, o ninguno en absoluto.
Los recortes de impuestos de Trump, por el contrario, favorecieron en gran medida a los ricos. El 60% más bajo de los asalariados capturó sólo el 17% de dichos recortes de impuestos, con el 20% superior obteniendo el 65% del beneficio y el 1% superior sólo obteniendo el 21% de los ahorros.
El Centro de Política Fiscal incluye los cheques de estímulo por $1,400 en el plan de Biden como un recorte de impuestos, porque, técnicamente, lo son. Dado que es un beneficio por persona, muchas familias recibirán más de un cheque.
En promedio, los controles de estímulo aumentarán los ingresos después de la temporada de impuestos en $2,300 por familia. Una vez más, eso está muy sesgado hacia las familias de bajos ingresos porque el beneficio se elimina gradualmente a ingresos superiores a $80,000 para individuos y $160,000 para parejas casadas.
