Los precios de los alimentos en Francia se han vuelto “catastróficos” debido a “los pollos asquerosos” importados desde Ucrania, afirmó este viernes el portavoz de la Coordinación Rural del país galo, Patrick Legras.
“Hoy en día, si no hubiésemos aceptado voluntariamente trigo de Ucrania a 100 euros [por tonelada] o pollos asquerosos durante dos años, tal vez no estaríamos a precios tan catastróficos“, declaró Legras a Europe 1.
Mientras el sindicalista arremetía contra los productos ucranianos que desestabilizan la situación en el mercado, decenas de tractores llenaron las calles de París en vísperas de la inauguración de la Feria Agrícola.
Un total de dos desfiles han sido organizados como un signo de protesta contra las políticas gubernamentales. El primer convoy está encabezado precisamente por la Coordinación Rural, mientras el segundo por la Federación Nacional de Sindicatos de Operadores Agrícolas (FNSEA) y los Jóvenes Agricultores (JA).
Las promesas de Macron
A principios de febrero, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció que ha logrado obtener de la Unión Europea (UE) “normas más estrictas” para la importación de productos procedentes de Ucrania. Concretamente, en el caso de los cereales, se podrán tomar “medidas de intervención” si los granos ucranianos “desestabilizan” los precios en el país galo o crean una “competencia desleal”, detalló el mandatario, señalando que esas medidas podrán “bloquear” o “intervenir sobre los precios”.
Asimismo, se introducirá un “mecanismo de protección” para la leche y el azúcar. “Más allá de volúmenes definidos, necesitamos poder intervenir en el mercado. Más allá de volúmenes definidos, nos permitirá redefinir los derechos aduaneros”, señaló Macron. “Sí, para ayudar a Ucrania en un contexto de guerra, no para crear una competencia desleal que beneficie a unos cuantos multimillonarios”, aseveró.
Sus promesas tuvieron lugar mientras miles de agricultores franceses protestan para denunciar los altos precios de los combustibles y la energía, las estrictas normas ambientales de la UE y la competencia de productos de terceros países.