Al menos 51 reclusos han muerto y decenas necesitaron atención médica tras un motín en una prisión en la ciudad de Tuluá, en el suroeste de Colombia, según reportaron las autoridades locales.
El director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), Tito Castellanos, dijo a Radio Caracol que 49 de las víctimas habían fallecido dentro del penal y otras dos murieron después de haber sido trasladados a centros médicos.
El funcionario indicó que la mayoría de las víctimas perdieron la vida por inhalación de humo y que se avanza en las labores de identificación de los cuerpos.
Citado por el diario El Tiempo, Castellanos señaló que el motín comenzó cerca de la 1:00 am y calificó el evento como “trágico y desastroso”.
Según los medios locales, el motín comenzó en el pabellón número 8 de la cárcel, con cerca de 180 presos.
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Tras la intervención de los guardias, los reclusos prendieron fuego a colchones, lo que ocasionó un gran incendio.
“Hubo una llamada casi a la 1:20 de la mañana por un posible amotinamiento. (…) Se verifica que hubo una quema de muchos colchones, y hasta el momento son cerca de 50 las personas trasladadas a centros asistenciales”, informó el director del Inpec la mañana de este martes.
El presidente de Colombia, Iván Duque, lamentó en su cuenta de Twitter lo que calificó de “terrible situación” y expresó su solidaridad con las familias de las víctimas.
Por su parte, el presidente electo, Gustavo Petro, a la vez que se condolía por lo ocurrido, dijo en su cuenta de Twitter que “el Estado colombiano ha mirado la cárcel como un espacio de venganza y no de rehabilitación. Lo acontecido en Tuluá, como la masacre en La Modelo, obliga a un replanteamiento completo de la política carcelaría”.
Las autoridades precisaron que el número de muertos y heridos era “preliminar” y que “puede cambiar”.