Texas, 8 muertos. Esta es la centésima nonagésima novena masacre armada en lo que va del 2023. El atacante, un individuo con tendencias supremacistas y experiencia militar, armado hasta los dientes.
Este grupo de madres y padres cuyos hijos e hijas fueron víctimas de las armas afirman ante el Capitolio de Washington que este no es tema de salud mental. Tampoco sirven las condolencias, ni indemnizaciones. La pandemia de las armas de fuego cegó la vida de 13 900 estadounidenses solo este año, que ni siquiera llega a su fin.
Esta recurrencia de actos de violencia armada también es la vida cotidiana de los médicos. Miembros de la Asociación Americana de Médicos, se suman al llamado para promulgar reformas urgentes a la venta de estos artículos de muerte.
“Pues es una lástima que aquí en nuestro país tenemos que preocuparnos por estos tipos de armas. Estas matan 70 % más que las pistolas normales, entonces no hay razón pública para tenerlos, porque podemos en realidad bajar los que tienen que morir cuando estas cosas pasan”, declaró un Pediatra de Hospital de Bethesda, Maryland, Dr. Brian Eichner.
Esto significa que en promedio los medios de comunicación nacionales reportan un promedio de dos masacres a la semana. Pareciera un espectáculo macabro en donde los ciudadanos son eliminados, pero la venta de armas se dispara a niveles históricos.
