En Bruselas, Bélgica, los países que integran la Unión Europea (UE) buscan un consenso para establecer un embargo a las importaciones de productos energéticos rusos luego de que este país impusiera cortes en el suministro de gas a Polonia y Bulgaria tras la negativa de pagar el producto en rublos, como ha indicado Moscú en respuesta a las sanciones. En la última discusión, Hungría ha sido la nación que ha mostrado mayor resistencia debido a su alta dependencia de los hidrocarburos rusos.
Los ministros de Energía de los países miembros del bloque de los 27 estudian una sexta ronda de sanciones económicas a Rusia tras la invasión a Ucrania. Durante el encuentro, los representantes de los Gobiernos de Alemania y Austria, dos naciones que habían expresado oposición a un embargo petrolero, mostraron disposición de adoptar un nuevo paquete de medidas.
“Alemania está lista para nuevas sanciones, incluido un embargo de petróleo”, dijo el ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, durante una conversación con el canal de televisión CNN.
El anuncio supone un cambio en la política energética alemana que, entre otras cosas, se encuentra en la búsqueda de nuevos proveedores de gas y petróleo. Vale decir que ese país, desde antes de la invasión a Ucrania, ha trabajado para disminuir la dependencia de gas y petróleo ruso, llevando el primero a 35%, desde un 55%.
En medio de la situación, Deutsche Bundesbank, el banco federal alemán, advirtió en un informe presentado el 22 de abril, que un corte total del suministro de gas ruso podría provocar una caída en la economía del 5% para este año, al tiempo que se perderían unos 550.000 empleos entre 2022 y 2023.
A pesar de la advertencia, el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, ha expresado que una reducción de las importaciones de gas y petróleo, que en caso de este último golpearía a una refinería que refina exclusivamente el crudo ruso, “no afectarían la economía alemana en su conjunto”.
Hungría se opone a nuevas medidas
Vale decir que, de acuerdo con el portal de estadísticas de la UE, anualmente el bloque importa alrededor de un 40% del gas y 26% del petróleo que consume desde Rusia.
Pero, al detallar por naciones, el bloque encuentra que dichos números varían. Ejemplo de ello es Hungría, que compra a Rusia el 85,5% del gas y el 65% del petróleo que consume. Por ello ha mantenido su oposición a un embargo a los hidrocarburos rusos.
“Hungría no ha retirado su veto. De hecho, la postura de Hungría sobre las sanciones al petróleo y el gas ruso sigue igual: no las apoyamos”, dijo Zoltán Kóvacs, secretario de Estado de Comunicaciones Internacionales de Hungría en la red social Twitter.
En medio de la tensión, las autoridades del bloque han señalado que en los próximos días ofrecerán más detalles sobre la manera en la que pueden actuar para cumplir sus compromisos energéticos con Rusia sin que ello signifique una evasión de las sanciones.