Un avión de combate chino J-16 en pleno vuelo.
China ha vuelto a exhibir músculo, enviando cinco buques de guerra y al menos 17 aviones de combate cerca de la línea de seguridad marítima de Taiwán.
El Ministerio de Defensa de Taiwán anunció el sábado, mediante un comunicado publicado en Twitter, que cinco embarcaciones y 17 cazas chinos se aproximaron a la línea de seguridad marítima de la isla, en medio de una escalada de tensiones entre Pekín y Taipéi.
La nota avisa que al menos siete aviones llegaron a cruzar temporalmente la mediana que separa el estrecho de Taiwán y marca el comienzo de la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ, por sus siglas en inglés) de la isla.
El Ejército taiwanés respondió, poniendo a sus tropas en alerta máxima y enviando mensajes de advertencia a los aviones y barcos chinos para que abandonen la zona inmediatamente.
El gigante asiático ha aumentado sus patrullas aéreas y marítimas en el estrecho de Taiwán tras la polémica visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos a la isla, Nancy Pelosi, a principios de este mes en curso.
En caso de una guerra con EE.UU., los chinos pueden destruir 900 aviones de combate estadounidenses en un corto plazo, advierte una fuente norteamericana.
La visita de Pelosi fue considerada por China como una de las peores agresiones diplomáticas de los últimos tiempos que dañó fuertemente las relaciones chino-estadounidenses. El gigante asiático, que asegura que la isla es parte integral de su territorio, catalogó ese viaje como “una violación de su soberanía” y lo interpretó como un gesto de reconocimiento y un mensaje de apoyo a los separatistas en Taiwán.
El polémico viaje hizo sonar los tambores de guerra en la zona y llevó a Pekín a realizar unos ejercicios con fuego real y simular una ofensiva que, en la práctica, aislaron por mar y aire a Taiwán.
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Es más, Pekín, que se opone a cualquier nexo político entre Washington y Taipéi, así como el suministro de armas estadounidenses a la isla, ha avisado una y otra vez a las autoridades estadounidenses que no envíen señales equivocadas a las fuerzas separatistas para la independencia de Taiwán, de lo contrario deben asumir las consecuencias.
