El sistema político de Uruguay se vio impactado por la sorpresiva muerte de Jorge Larrañaga, ministro del Interior del Gobierno de Luis Lacalle Pou. Para el presidente del país, estaba “en su mejor momento”. El exmandatario José ‘Pepe’ Mujica, por su parte, consideró que “se desgastó” tras desoír uno de sus consejos.
Elogiado por José Mujica y reconciliado con el presidente Luis Lacalle Pou, el ministro del Interior de Uruguay, Jorge Larrañaga, falleció en la tarde del 23 de mayo y dejó al sistema político uruguayo huérfano de uno de sus últimos caudillos del interior del país. Su muerte desató, sin quererlo, una polémica por un posible brote de COVID-19.
Larrañaga falleció de forma súbita como consecuencia de un paro cardiorrespiratorio. Tenía 65 años y desde marzo de 2020 era el ministro del Interior, un cargo que asumió a pedido del presidente Lacalle Pou a pesar de haber sido su competidor en la interna del Partido Nacional, partido tradicional de Uruguay que regresó al Gobierno en las elecciones de 2019.
“Se cayó muchas veces y se levantó más. Lo sufrí en carne propia en la competencia”, dijo Lacalle Pou a la prensa uruguaya durante el velatorio, que a pesar de la pandemia de COVID-19 se realizó con honores de ministro de Estado en el Palacio Legislativo, sede del parlamento uruguayo.
Lacalle Pou también remarcó que Larrañaga “estaba en su mejor momento” desde que asumió la cartera encargada de la seguridad interna del país. “Había encontrado su lugar, le cabía el cargo 24 por siete, como dicen en la jerga policial, no descansaba”, acotó.
Larrañaga accedió a ser ministro de Lacalle Pou luego de terminar en tercer lugar en la interna del PN, detrás del hoy presidente uruguayo y de Juan Sartori, un empresario que sorprendió al regresar a Uruguay y postular por la Presidencia.
Su corto período al frente de la seguridad pública del país se centró en dotar a la Policía Nacional de mayor “respaldo” político, promoviendo cambios normativos para facilitar la legítima defensa de los agentes. La medida fue en consonancia con la reforma constitucional conocida como “Vivir sin miedo” que Larrañaga defendió de cara a los comicios de 2019 y que finalmente no fue aprobada.
¿Quién fue Jorge Larrañaga?
Oriundo del departamento de Paysandú (oeste), Larrañaga intentaba ser elegido presidente desde 2004, cuando fue derrotado por Tabaré Vázquez, en la que fue la primera victoria electoral del izquierdista Frente Amplio. Volvió a intentarlo en 2009 y 2014, aunque en ambas ocasiones perdió la interna y acabó aceptando un lugar como candidato a vicepresidente, acompañando a Luis Lacalle Herrera en 2009 y a su hijo, Luis Lacalle Pou en 2014.
Antes, había sido senador de la República y dos veces intendente de Paysandú, desde donde consiguió construir, en la década del noventa, un nuevo sector político integrado por varios intendentes y referentes del interior del país, con un perfil menos conservador que la corriente predominante del partido.
Opositor y amigo de Mujica
El perfil más progresista que Larrañaga manifestaba lo acercó en su momento al expresidente José Mujica (2010-2015), con quien mantuvo reuniones políticas al comienzo del Gobierno del izquierdista en busca de acuerdos políticos sobre educación y seguridad pública. Aquel vínculo fue incluso cuestionado por correligionarios del hoy fallecido.
“Cultivamos una relación sincera pero sé que se la cobraban a veces dentro de su partido porque hay gente que piensa que por tener diferencias políticas no se pueden tener puntos de concordancia y convivencia”, dijo Mujica en la emisora radial M24.
El expresidente uruguayo confesó que consideraba a Larrañaga como un “amigo” a pesar de encontrarse “en veredas opuestas, con criterios opuestos”. Esa relación se dio a tal punto que en abril, cuando Mujica debió ser intervenido quirúrgicamente por haber tragado una espina de pescado, Larrañaga llamó a su casa “para ver cómo andaba”.
La confianza entre Mujica y Larrañaga llegaba, según el exmandatario, al extremo de que el líder del Frente Amplio le aconsejó que no aceptara el cargo de ministro del Interior. “Recuerdo que le aconsejé: ‘no te metas que esa es la tumba de los cracks‘”, apuntó.
En aquella oportunidad, antes de que se iniciara el Gobierno de Lacalle Pou, Mujica dijo a Larrañaga que su lugar debía ser el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca “para recorrer la campaña y meter el wilsonismo [corriente política de progresista dentro del PN iniciada en la década de 1970 por Wilson Ferreira Aldunate)”.
A pesar del consejo, Larrañaga aceptó el cargo y, según Mujica, en él “se desgastó enormemente” producto de su naturaleza “pasional”. Ese mismo carácter hizo que, cuando Mujica y Larrañaga eran senadores y tenían despachos contiguos, el expresidente escuchara con asiduidad “las broncas que se agarraba”, producto de las diversas cuestiones políticas que lo ocupaban.
COVID-19 en Uruguay: ¿un brote de en el Parlamento?
En la mañana del domingo, y cuando la ceremonia de despedida de Larrañaga ya se realizaba en el Palacio Legislativo de Montevideo, se supo que un diputado, el frenteamplista Gustavo Olmos, había sido diagnosticado con COVID-19.
De acuerdo al protocolo dispuesto por el propio Parlamento, el positivo de Olmos ameritaba el hisopado de todos los legisladores que habían compartido con él la última sesión de la Cámara de Diputados. Esa sesión, el 19 de mayo, correspondió a una interpelación a la ministra de Economía uruguaya, Azucena Arbeleche, que se extendió por más de doce horas.
La polémica surgió cuando diputados del Partido Nacional concurrieron al velatorio de Larrañaga en la mañana del domingo 23 aún cuando, según sus colegas de la oposición, ya sabían que debían evitar las salidas a la espera de realizarse un test.
Para los legisladores del oficialismo, se generó un malentendido producto de un cambio de criterio por parte del servicio sanitario del Palacio Legislativo: producto de lo extensa de la sesión compartida, ya no debían guardar cuarentena solo los compañeros de bancada, sino todos los diputados.