El Ministerio de Exteriores israelí tacha de falsas y antisemitas las acusaciones contenidas en un informe de la organización
Amnistía Internacional (AI) se suma a las organizaciones israelíes, como B’Tselem, e internacionales, como Human Rights Watch, que califican a Israel como Estado de apartheid por su trato discriminatorio a la población palestina bajo su control mediante un “sistema de opresión y dominación”. Estas acusaciones, contenidas en un informe presentado este martes en Jerusalén por la secretaria general de AI, Agnès Callamard, desataron el lunes una ofensiva preventiva del Ministerio de Exteriores israelí, que las tachó de “falsas” y basadas en el “antisemitismo”.
En el informe de 182 páginas El apartheid israelí contra la población palestina, Amnistía documenta que “confiscaciones masivas de tierras y propiedades palestinas, homicidios ilegítimos, traslados forzosos, restricciones a la circulación y negación de la nacionalidad y la ciudadanía son elementos de un sistema que, según el derecho internacional, equivale a apartheid (…) con violaciones de derechos que, constituyen un crimen de lesa humanidad, según la definición del Estatuto de Roma del Tribunal Penal Internacional (TPI)”. AI pide al TPI que incluya el delito de apartheid en sus investigaciones en curso y reclama a los Estados que ejerzan la jurisdicción universal para juzgar a los responsables.
El ministro de Exteriores israelí, Yair Lapid, pidió el lunes en un vídeo que no se difundiera el informe de AI, organización que calificó de “radical”. Su departamento afirmó que el documento “niega el derecho a existir de Israel como Estado nación del pueblo judío con un lenguaje que le demoniza y que echa leña al fuego del antisemitismo”.
La inusual reacción previa del jefe de la diplomacia israelí pone de relieve la preocupación de su Gobierno ante el creciente coro de voces en la esfera internacional que definen como apartheid la discriminación sufrida por los palestinos. La ofensiva diplomática se produce también después de que la fiscalía del Tribunal Penal Internacional, con sede en La Haya, abriese en marzo del año pasado una investigación por crímenes de guerra en Palestina.
“Vivan en Gaza, Jerusalén Oriental, Hebrón (Cisjordania) o en la propia Israel, los palestinos son tratados como un grupo racial inferior al que se priva sistemáticamente de sus derechos”, ha asegurado la secretaria general de Amnistía en un comunicado. “Las políticas de segregación, desposesión y exclusión en los territorios que están bajo control de Israel constituyen apartheid”, concluye Callamard.
AI señala que su informe es fruto de más de cuatro años de investigaciones de las 70 secciones de la organización en todo el mundo, que suman 10 millones de miembros. “Hubiésemos deseado un intercambio de información con el ministro de Exteriores israelí, pero nos pusimos en contacto con él en octubre y aún no nos ha contestado”, declaró el lunes a France Presse la responsable de AI. “Criticar las políticas del Estado de Israel no es antisemitismo, que es algo que nosotros denunciamos en todo el mundo”, puntualizó Callamard.
Amnistía Internacional asegura haber documentado actos prohibidos en la Convención contra el Apartheid y en el Estatuto de Roma en todas las zonas bajo control de Israel, aunque reconoce que se cometen con más frecuencia y violencia en los territorios ocupados desde hace más de medio siglo. “Las autoridades israelíes promulgan múltiples medidas para negar deliberadamente a la población palestina sus derechos y libertades fundamentales, como draconianas restricciones a la circulación (…) traslados forzosos, detenciones administrativas (indefinidas y sin cargos), torturas y homicidios ilegítimos”, resume un comunicado sobre el informe, que hace hincapié en la muerte de más de dos centenares de palestinos a manos de francotiradores del Ejército israelí en las manifestaciones de 2018 y 2019 en la frontera de Gaza.