El canciller saudí, el príncipe Faisal bin Farhan Al Saud.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Arabia Saudí anunció el viernes, mediante un comunicado, el decreto cursado contra el embajador libanés, Fawzi Kabara, en el que se le da 48 horas para abandonar Riad, la capital saudí. Esto mientras que también llamó a su embajador en El Líbano para consultas.
Es más, anunció la decisión de detener todas las importaciones de El Líbano, así como el viaje de los ciudadanos saudíes al territorio libanés. De hecho, el Ministerio saudí justificó sus medidas como “necesarias” para proteger la seguridad del reino.
El miércoles, Arabia Saudí clasificó a la organización financiera Al-Qard Al-Hasan, con sede en El Líbano, como una entidad terrorista, y le congeló todos los activos, además de prohibirle cualquier transacción directa o indirecta con instituciones financieras, empresas y personas.
Hezbolá rechaza la decisión de Arabia Saudí de clasificar a la organización financiera Al-Qard Al-Hasan, con sede en El Líbano, como una entidad terrorista.
Riad tomó estos pasos, tras hacerse viral en redes sociales unas declaraciones del actual ministro de Información libanés, George Kordahi, cuando aún no ocupaba el cargo, sobre la coalición militar liderada por Arabia Saudí contra Yemen.
El titular libanés aseguró que los yemeníes “se estaban defendiendo” contra una “agresión externa”, describiendo la guerra de casi siete años contra el país más pobre del mundo árabe como “inútil”. Ante tal situación, llamó a poner fin a tal agresión.
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No obstante, la Cancillería saudí señaló que “estas declaraciones representan un nuevo episodio de posiciones reprobables y rechazadas emitidas por funcionarios libaneses hacia el reino y sus políticas”.
Horas más tardes, el Gobierno de Baréin hizo lo mismo con el embajador libanés en su país, al que también concedió 48 horas para salir de su territorio. Según varios medios, los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Kuwait, Omán y Catar están dispuestos a tomar la misma iniciativa.
Arabia Saudí y sus aliados árabes iniciaron en marzo de 2015, una campaña militar contra Yemen, supuestamente para restaurar en el poder al fugitivo expresidente yemení Abdu Rabu Mansur Hadi, un estrecho aliado de Riad que apoya la intervención militar en su país.
A pesar de que, según la Organización de Naciones Unidas (ONU), las agresiones de la alianza contra la nación yemení han convertido este país en un “infierno”, la coalición saudí continúa su brutal agresión, con el apoyo del Occidente.
