Antony Blinken, dijo el mes pasado que su país lleva a cabo una revisión en todo el gobierno sobre quién o qué causó lo que sospecha que fueron ataques de radiofrecuencia “dirigidos” contra diplomáticos estadounidenses
Austria está colaborando con las autoridades estadounidenses para llegar al fondo de una supuesta oleada de casos de una dolencia conocida como “síndrome de La Habana” entre diplomáticos estadounidenses en Viena, informó el Ministerio de Asuntos Exteriores austriaco.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo el mes pasado que su país lleva a cabo una revisión en todo el gobierno sobre quién o qué causó lo que sospecha que fueron ataques de radiofrecuencia “dirigidos” contra diplomáticos estadounidenses, que provocaron dolencias neurológicas y que surgieron por primera vez en la capital cubana en 2016.
La revista The New Yorker sostuvo el viernes que desde que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, asumió su cargo en enero, unas dos docenas de oficiales de inteligencia, diplomáticos y otros funcionarios estadounidenses en Viena han reportado síntomas similares a los del síndrome de La Habana, lo que convierte a la ciudad en el segundo punto más conflictivo.
“Nos tomamos muy en serio estos informes y, en línea con nuestro papel de Estado anfitrión, estamos trabajando con las autoridades estadounidenses para llegar conjuntamente al fondo de este asunto”, dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores de Austria en un breve comunicado.
“La seguridad de los diplomáticos destinados en Viena y de sus familias es de suma importancia para nosotros”, añadió.
La embajada de Estados Unidos en Viena no quiso hacer comentarios, remitiendo las preguntas al Departamento de Estado.
Viena, que en su día fue el centro de las intrigas de la Guerra Fría, es la sede de varias agencias de la ONU y de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, lo que significa que países más grandes, como Estados Unidos y Rusia, suelen tener allí tres embajadores y una gran presencia diplomática.
Esto ha convertido a Viena en un centro de actividad diplomática y de espionaje, ya que muchos espías operan bajo cobertura diplomática.
En el sitio web del Ministerio de Asuntos Exteriores austriaco figuran 158 diplomáticos estadounidenses destinados en Viena.
