En un comunicado emitido este sábado, la oficina del primer ministro iraquí, Muhamad Shia al-Sudani, ha condenado la “nueva agresión contra la soberanía de Irak” y negado cualquier coordinación previa por parte de EE.UU. con el Gobierno de Bagdad, enfatizando que tales afirmaciones son “mentiras”.

Al respecto, ha criticado que la presencia de tropas estadounidenses en la región se ha convertido en una razón para amenazar la seguridad y la estabilidad en Irak y una justificación para involucrar a este país en los conflictos regionales e internacionales.

Entretanto, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Irak ha convocado hoy sábado al encargado de negocios de EE.UU. en Bagdad, David Berker, para protestar por los recientes ataques aéreos del país norteamericano contra las instalaciones militares y civiles iraquíes.

Ha explicado que citó al encargado debido a la ausencia del embajador estadounidense.

Según el Comando Central de Estados Unidos (Centcom, por sus siglas en inglés), las fuerzas militares estadounidenses atacaron el viernes más de 85 objetivos en Irak y Siria utilizando 125 “municiones de precisión”.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó que los ataques fueron los primeros de una serie de acciones de Washington en respuesta a un ataque con aviones no tripulados que mató a varios soldados en una remota base estadounidense en Jordania.

Actualmente, hay aproximadamente 2500 soldados estadounidenses en Irak como parte de lo que Washington alega ser una fuerza de combate contra el grupo terrorista Daesh.

La banda ultra violenta ha aprovechado los bombardeos de Estados Unidos y ha lanzado un ataque contra el Ejército y las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) de Irak en el área del kilómetro 160, al oeste de la provincia occidental de Al-Anbar.