El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ya está recogiendo su despacho, el Oval, que dejará de ser suyo el 20 de enero, cuando tome posesión Donald Trump, que volverá a ocuparlo tras ganar las elecciones del 5 de noviembre. En una de sus últimas decisiones, el 2 de diciembre, Biden indultó a su hijo Hunter. Diez días después ha batido el récord del número de beneficiados en una sola jornada.
La Casa Blanca lo anunció este jueves. El presidente va a conmutar las penas de centenares de personas que fueron recluidas en prisión domiciliaria durante la pandemia del coronavirus. También va a indultar a un grupo más pequeño de condenados por delitos no violentos.
Biden ha decidido conmutar las penas de cerca de 1.500 personas que fueron recluidas en prisión domiciliaria durante la pandemia de la covid-19 y que se han reintegrado con éxito en sus familias y comunidades. También va a indultar a 39 personas condenadas por delitos no violentos. En conjunto, es la mayor concesión de clemencia en un solo día de la historia moderna de EEUU.
“Estados Unidos se construyó sobre la promesa de posibilidades y segundas oportunidades”, ha dicho Biden en un comunicado emitido poco después de anunciarse la medida y que se entiende como explicación de la medida adoptada. “Como presidente, tengo el gran privilegio de extender la misericordia a las personas que han demostrado remordimiento y rehabilitación, restaurando la oportunidad para que los estadounidenses participen en la vida cotidiana y contribuyan a sus comunidades, y tomando medidas para eliminar las disparidades en las sentencias para los delincuentes no violentos, especialmente los condenados por delitos de drogas”.
El histórico anuncio se produjo tras una intensa campaña de los grupos de justicia penal y derechos civiles. A medida que el mandato del presidente finaliza, los llamamientos para que Biden ejerza plenamente su poder de clemencia antes de la llegada de Trump no han hecho más que aumentar.
Los contactos de estos grupos con la Casa Blanca se intensificaron antes de noviembre, para averiguar cómo podría ser una iniciativa de clemencia tras las elecciones, informa CNN. La Administración se mostró receptiva a estas actividades, que en su mayor parte procedían de grupos de tendencia liberal.
Sus integrantes han pedido incluso la salida de varios presos del corredor de la muerte, pero hasta ahora esos intentos no han fructificado. Cynthia Roseberry, de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles, dijo que espera que Biden conmute las sentencias para las 40 personas que actualmente enfrentan la pena de muerte.
Biden ha emitido más perdones en este punto de su presidencia que cualquiera de sus predecesores recientes en el mismo momento de sus primeros mandatos. El segundo acto de clemencia más importante es el del expresidente Barack Obama que, el día antes de dejar el cargo en 2017, conmutó las sentencias de 330 presos condenados por delitos no violentos relacionados con las drogas.
Hasta indultar a su hijo el pasado 2 de diciembre, el actual presidente de EEUU ya había perdonado a 25 personas desde el 26 de abril de 2022. Hasta el grupo de 1.500 indultos de ahora, el mayor número de penas conmutadas lo firmó en abril de este año, cuando benefició a 11 condenados.
Biden ha indultado a veteranos militares condenados por mantener relaciones homosexuales —conducta que antes era un delito según la legislación militar— y también ha concedido el indulto a condenados por posesión de marihuana.
Ya se ha dicho, personas que entraron en la cárcel durante la pandemia y que han sabido salir adelante y otras condenadas por delitos no violentos. Según la Casa Blanca, las personas beneficiadas por la clemencia de Biden son personas que han conseguido un empleo, han avanzado en su educación, han cuidado de sus hijos y familiares y se han reintegrado realmente en el tejido de sus comunidades. Entre ellos hay personas que “se enfrentaron a retos increíbles en la vida y ahora realmente han demostrado resiliencia y han tratado de superar esos retos”.
No se ha facilitado detalles de la lista de los 1.500 beneficiados por el perdón presidencial, pero sí algunas de sus historias. Por ejemplo, Timothy McGinn, de 76 años, un ex corredor de bolsa condenado en 2013 por defraudar a cientos de clientes por millones de dólares, borrando los ahorros para muchas de sus víctimas.