Más del 90% de los suministros de alimentos marinos del mundo están en riesgo por los cambios ambientales, como el aumento de las temperaturas y la contaminación, y los principales productores como China, Noruega y Estados Unidos enfrentan la mayor amenaza, mostró el lunes un estudio.
La “comida azul” incluye más de 2.190 especies de peces, mariscos, plantas y algas, así como más de 540 especies cultivadas en agua dulce, lo que ayuda a sustentar a 3.200 millones de personas en todo el mundo.
Pero no se está haciendo lo suficiente para adaptarse a los crecientes riesgos ambientales, según un estudio publicado en la revista Nature Sustainability.
“Aunque hemos logrado algunos avances con el cambio climático, nuestras estrategias de adaptación para los sistemas alimentarios azules que enfrentan el cambio ambiental aún están subdesarrolladas y necesitan atención urgente”, dijo Rebecca Short, investigadora del Centro de Resiliencia de Estocolmo y coautora principal del estudio.
La sobreproducción en la industria, que ha provocado la destrucción de los hábitats de los humedales, ha causado un daño ambiental significativo, pero otros “factores de estrés” también están afectando la cantidad y calidad de los alimentos azules.
Éstos incluyen el aumento del nivel del mar y las temperaturas, la acidificación de los océanos, los cambios en las precipitaciones, así como factores no climáticos como la proliferación de algas y la contaminación por mercurio, pesticidas o antibióticos.
“La vulnerabilidad causada por el deterioro ambiental inducido por el hombre… pone la producción de alimentos azules bajo mucha presión”, dijo Ling Cao, profesor de la Universidad Xiamen de China, quien también coescribió el artículo.
“Sabemos que la acuicultura y la pesca respaldan el sustento y la seguridad nutricional de miles de millones de personas”.
China, Japón, India y Vietnam representan más del 45% de los desembarques mundiales y el 85% de la producción acuícola, y el estudio dijo que reducir su vulnerabilidad debería ser una prioridad. Las pequeñas naciones insulares que dependen de los productos del mar también están especialmente expuestas.
Cao dijo que un tratado de la ONU sobre desarrollo sostenible en alta mar, firmado en marzo, podría permitir a las partes interesadas actuar en el interés común cuando se trata de proteger los recursos alimentarios azules, pero hay otros riesgos.
La empresa Nauru, en el Océano Pacífico, está a la vanguardia de los esfuerzos para extraer metales de los fondos oceánicos, que según los ambientalistas pueden causar un daño inmenso a la vida marina. Noruega, otro importante productor de productos del mar, también fue objeto de críticas la semana pasada tras anunciar que abriría áreas marinas a la minería.
“La minería del fondo del océano tendrá un impacto en la población pesquera salvaje”, dijo Cao. “Muchos científicos ahora están pidiendo a los gobiernos que evalúen dónde realizan la minería oceánica para minimizar el impacto”, declaró.